lunes, 25 de febrero de 2013

A Light In The Darkness- Capitulo 4


Cuando me desperté Nick no estaba a mi lado pero su camisa seguía en la silla en la que la había dejado después de quitarle la ropa en la noche. Me levanté de la cama y revise el departamento para encontrarlo, después de la noche anterior quien sabe como estaría con lo de su mamá.

Lo encontré en la cocina, estaba preparando el desayuno. Sonreí al recordar la ultima vez que hizo el desayuno, fue en nuestra luna de miel y la comida se le quemo cuando me fue a despertar y nos quedamos en la cama haciendo el amor, desde ese día no lo deje cocinar de nuevo, pero ahora no terminaríamos en la cama. El volteo y me miro por un instante y en ese momento note que solo tenia puestos sus boxers negros ajustados, vaya que se veía sexy con ellos.

Nick: Te hice el desayuno, espero que no te moleste.
Miley: Esta bien, hace mucho que nadie me hace el desayuno.
Nick: ¿desde cuando?
Miley: Nuestra luna de miel.
Nick: *Hace un mueca* desde ese día no me dejaste cocinarte nada de nuevo.
Miley: Tus artes culinarias se olvidan en el cama Nicholas *rie*. ¿Como te sientes hoy?
Nick: Bien, supongo, la verdad es que trato de no pensar mucho en ello ni en el entierro ¿me vas a acompañar?
Miley: ¿Quieres que te acompañe?
Nick: Si, eres mi esposa.
Miley: En contra de mi voluntad.

Nick me miro por unos segundos y después salio de la cocina, parecía molesto, bueno nada de lo que dije era mentira, quiero el divorcio pero Nick no me lo quiere dar, me deja en una mala posición y a pesar de todo aquí estoy con el después de todo lo que me hizo dejando que se quede en mi casa y duerma en mi cama porque su madre murió y estaba deshecho.

Ya había pasado una semana de la muerte de la madre de Nick, el se la pasaba demasiado tiempo en mi casa, no dormía conmigo porque lo corría a las ocho de la noche, pero el hecho de que estuviera en mi departamento todos los días me ponía de nervios, no sabía que hacía todos los días en mi departamento pero ultimamente había estado muy, muy raro. Me veía de una manera extraña y no quería dejarme sola ni un solo momento, no le gustaba que hiciera nada por mi cuenta.

Pero tenia un plan para que se fuera de mi casa y me dejara libre de estrés en mi zona personal, llame a un amigo que hice en Londres, lo haría pasar por mi pretendiente por un tiempo, después que Nick se alejara las cosas seguirian normales, el no aceptaba la idea del divorcio pero no creo que soporte a una esposa ¿infiel? bueno algo parecido, a sus ojos lo sería.

Lo único bueno de todo esto era que mi amigo, Max (no se me ocurrió otro nombre ._.) era gay por lo que no habría problemas, el había aceptado encantado de poder ayudarme, me debía varios favores que le hice con sus padres, los cuales no sabían que era gay, me hice pasar por su novia un par de veces así que el podría ayudarme esta vez a mi con mi terco marido, pero en lo que Max llegaba yo me iba a dormir un rato.

Desperté sintiendo una respiración en mi rostro, abrí los ojos y lo primero que vi fue a Nick sonriendo ¿como entro a mi departamento?, lo empuje un poco y me senté en la cama, ahora resulta que puede entrar a mi departamento sin mi permiso, eso es todo estaba enojada.

Miley: ¿Como entraste?
Nick: Toque pero nadie contestaba, sabía que estabas aquí, me preocupe y fui a recepción y dije que no me abrías y que olvide mis llaves, no me las querían dar y dije que soy tu esposo, enseñe mi credencial vieron el apellido Jonas y me dieron una copia.
Miley: Eres demasiado molesto Jonas.
Nick: ¿Por que no abriste? Me preocupe solo fue eso.
Miley: Sigo viva, ¿ya lo vez? ahora vete, espero a alguien.
Nick: ¿A quien?
Miley: A mi... no te importa vete.
Nick: ¿Con quien vas a verte Miley?
Miley: No es tu asunto, no te metas.
Nick: Eres mi esposa y todo lo que te pase o lo que hagas es mi asunto.
Miley: ¿Para que quieres que te diga? solo te vas a molestar.
Nick: Despertaste mas curiosidad en mi ¿quien es?
Miley: Mi novio.

Vi como el rostro de Nick se puso palido, después rojo, luego morado hasta llegar a azul, sus manos estaban en puños y sus nudillos blancos, al parecer mi querido esposo se había molestado y no sabía si eso era bueno o malo.

Nick: Tu no puedes tener novio, no puedes y no tienes, yo soy tu esposo y no me vas a ser infiel.
Miley: No te sería infiel si me dieras el divorcio, estarías felizmente soltero y yo con MI NOVIO viviendo juntos, haciendo el amor todas las noches y....

Los labios de Nick silenciaron a los míos, en serio estaba enojado, era un beso brusco recordandome que era mi esposo, bien, si el quería jugar así no me molestaba, un poco de sexo me ponia de buenas y tal vez lo invitaba a un trio. Reí en mi mente al imaginarme eso, Max era gay así que no pasaría de que le quitara la virginidad a Nick de su preciado.... hahaha.

Nick: Tu eres MIA Miley, o dejare que nadie te toque, sigues teniendo relaciones conmigo y soy tu esposo, no tendrás relaciones con tu amante y tu esposo al mismo tiempo.
Miley: No te preocupes Nick, Max es muy liberal y no le molestaría saber que me divierto un poco con mi "esposo" es mas te invitaría a unirte a nosotros en un trío pero lo quiero disfrutar yo sola.

Nick gruño molesto y se deshizo de su corbata y su saco, después su camisa mientras me miraba a los ojos, yo solamente estaba acostada en la cama viendo directamente a sus ojos y dudando entre desnudarme yo o dejar que lo hiciera el, bueno a comparación de el yo quería un poco de ayuda. Cuando su pecho estuvo desnudo se puso sobre mi deslizando las tiras del camisón de seda por mis hombros y bajando la tela dejando mis pechos descubiertos, besaba y mordía mi cuello dejándome marcas, marcando su territorio lo más seguro.

Cuando por fin no había prenda alguna en mi cuerpo alcance su pantalón y lo desabroche bajándolo junto con los boxers. Por fin estando desnudo sentí su cuerpo sobre el mio mientras entraba lentamente en mi mirándome a los ojos ¿como era posible que después de todo lo que me hizo sufrir siga sientiendo algo por el? entraba y salia de mi cuerpo una y otra vez hasta que gritando y arqueando mi espalda sentí por fin el alivio.

Nick estaba a mi lado, yo acostada boca abajo sintiendo los dedos de Nick en mi espalda dando suaves caricias, hacía tanto que no hacía eso, extrañaba a Nick pero tenia que hacer mi vida sin el después de lo que sufrí gracias a el pero antes necesitaba el divorcio para tener una vida con alguna persona que me valorara en serio y que me quisiera, tampoco quería ser infiel, bueno a los ojos de Nick y de quien sea no me importaba pero mi conciencia no me permitiría acostarme con otro hombre estando casada con Nick, lo cual implicaba una vida de monja gracias a mi esposo.

Logre deshacerme de Nick antes de que Max llegará, el tampoco quería conocer a mi "amante" de momento así que se fue después de volver a hacer el a... bueno tener sexo de nuevo en la sala viendo televisión.

Y justo veinte minutos después de que Nick se fuera Max llego a mi departamento, al verme me dio dos besos, uno en cada mejilla y después me abrazó. Entramos a mi departamento y le invite una taza de té mientras yo tomaba café y nos poníamos al día.

Max: ¿Así que tu... esposo ya sabe de mi?
Miley: Si, lo hice enojar, le dije que eramos muy liberales y que no te molestaba que yo tuviera relaciones con el, que de hecho lo invitaría a un trío pero que te prefería para mi sola.
Max: Vaya que haces enojar al pobre hombre.
Miley: Una de las tantas que me ha hecho.
Max: Así que... siguen teniendo sexo.
Miley: Si... bueno o se es que la atracción que siento por el no se ha ido aún y sinceramente el sexo con el es... genial, ademas de que gracias a nuestro matrimonio mi conciencia no me deja ser infiel y no he tenido relaciones en cinco años y volví y pues... hubo una revolución de hormonas.
Max: Pues... sigue siendo tu esposo así que es normal supongo.
Miley: Si pero esta fue la ultima vez, no quiero volver a caer, es la ultima vez, quiero conseguir el divorcio a como de lugar y tener una vida normal con alguien que me quiera.
Max: Seguro que lo vas a lograr y si, lo mejor es no más sexo y más infidelidad... sera igual que con mis padres lo único diferente va a ser que seré tu amante.
Miley: Si y... tiene copia de mi departamento así que... trataremos de ser cuidadosos con nuestras conversaciones no quiero que se entere de la verdad o todo se va a arruinar.

Unas horas mas tarde Max se fue de mi departamento y yo estaba por dormirme, no había dormido nada gracias a la interrupción de Nick en mis sueños y claro el hecho que me mantuvo despierta de una buena forma. Pero de nuevo cuando estaba a punto de dormir el timbre me despertó ¿quien carajo toca la puerta a la una de la mañana?

Me levante y fui a abrir la puerta justo cuando Nick se desploma en mis brazos con un horrible olor a alcohol ¿Nick borracho? el nunca toma, bueno si lo hace pero con moderación, nunca se a emborrachado, lo hago entrar a la casa y lo llevo a la habitación de invitados mientras el camina casi sin vida el pobre esta mas muerto que vivo gracias al alcohol.

Lo dejo en la cama y esta vez no lo desvisto, a pesar de que me muero por hacerlo y llevarlo a mi cama y cuidarlo toda la noche, pero ya no puedo hacer eso, tengo que poner distancia entre nosotros, solo así conseguire que tome en cuenta el divorcio. Lo acuesto en en la cama y el me jala hacia el haciendome caer sobre su cuerpo.

Nick: ¿Por que me engañaste mi amor?
Miley: Has tomado mucho, duerme.
Nick: Quiero dormir contigo, hacerte el amor.
Miley: Ya no podemos hacerlo más Nick, yo en serio quiero el divorcio y no quiero que volvamos a caer en lo mismo, ya no vamos a hacer nada tu y yo.
Nick: Pero si lo vas a hacer con tu amante. Con tu amante si te revuelcas en la cama pero con tu esposo no... vaya cambio que diste Miley... pero a pesar de que te comportes como una perra conmigo te sigo amando.

¿Eso era cierto? ¿Me estoy comportando como una perra? Repasando los sucesos yo creo que si, le hice creer que tengo un amante, que soy una persona liberal que se acuesta con mi esposo y mi amante pero que prefiero a mi amante y con eso seguro que también piensa que me abro de piernas con el primero que encuentre, pero el me sigue amando ¿en eso cierto? ¿Alguna vez me quiso en serio? ¿O solo quiere ser más rico gracias a mi padre? Aún que creo que el ya es más rico que su padre y el mio juntos.

Nick: Tu prometiste amarme y respetarme en la iglesia ¿ya lo olvidaste? 
Miley: Tu jugaste conmigo eso no lo veo como una muestra de respeto Nick.
Nick: Eso fue antes, me enamore de ti ¿es que no lo entiendes? Te fuiste por cinco años y regresas solo para conseguir el divorcio acompañada de tu amante y quien sabe cuantos más te han llevado a la cama estos cinco años... yo me mantuve fiel a ti Miley... no he estado con ninguna mujer en cinco años... te espere ¿ya no me amas?
Miley: No Nick, no te amo.

Y después de mentirme a mi misma diciendo que mis palabras eran 100% ciertas mi corazón se rompió una vez más al ver a Nick llorar.
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Holooooooo :) bueno si amenme por fin vuelvo a subir de esta novela :'D me entro un arranque de inspiración y dije... Tengo. Que. Escribir. Y aquí me tienen, lo escribí desde anoche y dije "no importa que sea un poco corto" pero antes de subirlo me entro una pizca de inspiración y le escribi que Nick llego hasta atras de borracho y todo eso...

Hice llorar a Nicky... JONATICAS... MATENME (? okno hahaha yo lo hago llorar en ficción es más feo verlo llorar en Stay :'| eso te rompe el corazon </3 :'(

Espero en serio que les guste porque.. me mate toda la noche... parece que la inspiración viene cuando tengo colicos ha. Pero en serio... tuve a las 5 de la mañana escribiendo a paso de tortuga porque mi mamá no me podia escuchar con el ruido del teclado o me iba a mandar a dormir entonces... tenia que escribir mega despacio (cosa que me desespera porque normalmente escribo muy rápido).

Comenten si les gusta y si no les gusta... tambien.... ammm Jaz, Cammila y Mayi... hace mucho que no se de ustedes D: (bueno no hace mucho pero... espero que estén bien)


-A

miércoles, 20 de febrero de 2013

El Impostor- Capitulo 4


Se puso de pie con la misma elegancia con que el joven Nick lo hubiera hecho, y movió la mesa. Ella no se asustó ni se movió. Sola mente estrechó con fuerza la delicada taza entre sus manos y siguió sentada, mirándole.
Él apoyó las manos en el mantel de lino a la altura de Miley y se inclinó sobre ella. Demasiado cerca. Se descubrió a sí misma conteniendo la respiración; no estaba dispuesta a respirar el mismo aire que Nick.
—¿Por qué me tienes miedo, Miley?
Estaba demasiado cerca. Podía ver los rulos  dorados de su pelo castaño, las vetas de color verde de sus ojos azules. Tan cerca que hasta olía el café en su aliento, la nieve derretida, el suave aroma del champú. Le miró a los ojos, y por un momento pensó en Nick tiempo atrás, mucho tiempo atrás.
—Yo no te tengo miedo —respondió ella.
—¿Tienes miedo de que vuelva a quitarte el sitio?. ¿De que Sally me quiera más que a ti? ¿De ser de nuevo excluida?
Soltó la taza, consciente de que en cualquier otro momento habría destrozado la frágil porcelana entre sus manos. Se reclinó sobre el respaldo, apartándose de él, y curvó sus labios sonriendo de esa manera fría e insensible que había perfeccionado hacía ya años.
—Aparte del bienestar de Sally —manifestó Miley—, no hay nada más que me preocupe.
—De pequeña no eras tan angelical —dijo él—. Recuerdo que te pasabas el día gimoteando y tratando de seguirme. ¿Cuándo decidiste tomar carrera para convertirte en la próxima Madre Teresa?
—¡Déjame en paz! —No pudo evitarlo; las palabras brotaron de sus labios con rabia y firmeza.
Eso era lo que él quería. Su sonrisa se hizo más amplia; ella tuvo ganas de pegarle. Miley puso las manos en su regazo y mantuvo la espalda erguida mientras él se alejaba.
—Te han entrenado bien, Miley —murmuró—. Han hecho contigo lo que nunca pudieron hacer conmigo.
—¿El qué?
—Te han convertido en uno de ellos. Te han sorbido el seso y el alma. —Sacudió la cabeza—. ¡Qué lástima no haberte llevado conmigo cuando huí!
—Has olvidado algunos detalles que deberías recordar, Por aquel entonces yo sólo tenía trece años.
—Es cierto —dijo él en voz baja—. Lo que no significa que no supieras besar.
Miley notó que perdía el color de la cara. Era imposible que lo supiera. Nadie podía saberlo.
—¿A qué... a qué te refieres?
El se dirigió hacia la puerta abovedada.
—Será mejor que vaya a ver cómo está mi madre. La he echado de menos más de lo que me imaginaba.
—No has contestado a mi pregunta. — Miley se puso de pie y apoyó las manos sobre la mesa para que él no viera que estaba temblando.
—No, no lo he hecho. —Sonrió con dulzura—. Tendrías que llamar a Warren y Patsy y decirles que vinieran. Tal vez se les dé mejor que a ti desenmascarar al impostor.
Y se fue antes de que ella pudiese pronunciar palabra.
—¿Qué demonios pasa aquí? —Warren Jonas entró vociferando en la pequeña biblioteca, decorada a la perfección, y procedió a intimidar a Miley.
Con aparente tranquilidad ésta cerró el talonario de tapas de cuero. El temperamento arrogante y bombástico de Warren tenía la virtud de alterar siempre su estado de ánimo, pero hacía años que había aprendido a disimularlo. Warren era el tipo de hombre que se crecía en las debilidades ajenas, y Miley disponía del suficiente sentido común para no mostrar las suyas más de lo necesario.
—Te he llamado —dijo ella, mirándole—, pero ya habías salido.
—Me ha llamado Sally en plena maldita noche —dijo Warren bruscamente, incluso de peor humor que de costumbre—, para contarme no sé qué ridícula historia sobre la reaparición de Nick. ¿Dónde está?
—No le he visto desde esta mañana. He estado aquí trabajando.
—Debe haberle pillado una tormenta de nieve de camino a casa. Yo he tardado una eternidad en llegar. Así pues, ¿qué opinas?
Warren no era un hombre que se interesara normalmente por la opinión de otros, en especial por la suya.
—¿Qué opino de qué?
—¡No seas obtusa! ¿Qué opinas del hijo pródigo? ¿Es él realmente?
—¿Y quién iba a ser sino? —dijo Miley con precaución.
—Un impostor. Todos supusimos que Nick estaba muerto, que había muerto hacía años. Hay mucho dinero en juego; cualquiera podría intentar quedárselo. ¿Le has hecho alguna pregunta? ¿Le has pedido alguna prueba?
—No me considero la más adecuada para hacerlo. Tía Sally le cree, y está más feliz de lo que ha estado en años. No voy a ser yo quien le diga ahora que se trata de un impostor.
—Pero piensas que lo es —afirmó Warren con astucia.
Miley le miró. Warren, de casi setenta años, era un hombre atractivo, claro que los Jonas no habían sido bendecidos únicamente con un tremendo encanto físico sino además con dinero. Era un soltero de oro más preocupado por su apariencia y sus posesiones que por cualquier otra cosa. Iba vestido, cómo no, con un traje gris de Armani y a pesar de ser ya un poco mayor para llevarlo, su aspecto se guía siendo elegante e intachable.
Nunca había sido un hombre que fomentara la intimidad y ella no estaba de humor para confiarle sus dudas.
—No lo sé —respondió Miley, mintiendo. Warren sacudió la cabeza.
—Tendré que ver al chico, hacerle un par de preguntas capciosas...
—Ya no es un chico.
Warren encogió sus hombros estrechos y pulcros.
—¿Dónde está? ¿Dónde puedo encontrar a la oveja negra?
—Probablemente estará con Sally. Ha ido a su habitación después de desayunar.
—¡Qué escena tan bucólica! Sally es una mujer inteligente. Detectará con facilidad a un impostor. La verdad no tardará mucho en salir a la luz.
—No —repitió Miley—, no tardará. —Pero algo le decía que no iba a ser tan sencillo.
—Bueno —dijo Warren, cada vez más impaciente—, ¿vienes con migo?
El día se iba volviendo más y más raro. Warren normalmente la trataba a caballo entre alguien con quien no se llevara bien y una criada de cierto rango, lo que de hecho describía bastante bien su posición en la familia Jonas. En el pasado no había requerido nunca su opinión o su compañía, había aceptado su presencia sin más.
Ella se levantó.
—Si quieres, sí.
—Conocías a Nick tan bien como cualquiera. Por así decirlo, creciste con él. Tal vez adviertas algo sospechoso en su historia.
La idea no resultaba muy tentadora. El hombre que estaba con tía Sally era un mentiroso y un farsante, sin embargo Miley no tenía precisamente ganas de ser portadora de malas noticias. La tarea de desenmascararlo no era cosa suya sino de otro. Lo más importante era proteger a tía Sally ahora que su débil estado de salud le impedía protegerse a sí misma. La verdad y el dinero eran cuestiones secundarias.
Pero Warren estaba de pie junto a la puerta, prácticamente subiéndose por las paredes de impaciencia, y no era el mejor momento de hacerle frente. Ese momento llegaría con la inminente muerte de tía Sally, pero aún había que esperar.
La habitación de Sally estaba bañada de suaves sombras. Esta vez Miley no sacó precipitadas conclusiones macabras al verla dormitando tranquilamente en la cama de hospital que había sido instalada meses atrás. Esta vez no echó de menos la silueta tumbada sobre el diván victoriano de terciopelo verde pálido, leyendo reposadamente.
Warren se aclaró la garganta con imponente majestuosidad, y tía Sally se despertó de golpe. El hombre que se hacía pasar por Nick no se movió, se limitó a levantar la cabeza para mirarles con absoluta indiferencia.
—Warren. —No era de extrañar que tía Sally sonara más resigna da que entusiasta. Sentía cierto cariño por su hermano menor, pero no mucho más—. Tu sobrino ha vuelto.
—Eso parece —dijo Warren en tono deliberadamente poco efusivo, aunque de todas formas nunca había sido un hombre dado a exteriorizar sus emociones—. Bienvenido a casa, Nick.
—Tío Warren. — una pizca de malicia en sus ojos al mirar a su tío? Claro está que el verdadero Nick siempre había tratado al arrogante de su tío con irónico menosprecio.
—¿Por qué no vamos al salón para no molestar a Sally? Como te puedes imaginar, quisiera que me respondieras a un sinfín de preguntas... —explicó Warren con suavidad.
—¡No! —La voz de tía Sally era sorprendentemente fuerte.
—No seas ridícula, Sally —protestó Warren—. Sólo quiero hacerle un par de preguntas al chico, concertar un par de pruebas médicas... Pura formalidad, por supuesto, pero es conveniente que seamos cautos. Después de todo han pasado dieciocho años, y aunque debo admitir que hay un ligero parecido, deberíamos tener algún tipo de prueba. Papeles, respuestas...
—¡No!  —exclamó Sally de nuevo, más calmada—. No dejaré que le examines de arriba abajo. ¿Acaso crees que no conozco a mi propio hijo? Podrían haber pasado cincuenta años y le seguiría reconociendo, sino con los ojos, con el corazón.
—Tus ojos no ven nada bien —le interrumpió Warren bruscamente—. Y dudo que tus abogados acepten esto sin ningún tipo de prueba.
—¡Que se jodan los abogados! —exclamó Nick en voz baja.
Tras la sorpresa inicial, Sally se rió.
—Eso es, Warren —dijo con un hilo de voz—. Ya has oído a mi hijo. Que se jodan los abogados.
—¡Sally! —Warren protestó, visiblemente alarmado, pero Sally le ignoró.
—Ven aquí, Miley —ordenó con el autoritario encanto que la caracterizaba—. Hoy casi no te he visto.
—Pensé que tal vez te apetecería estar un rato a solas con Nick. —Ni por un instante dudó, algo de lo que se sentía orgullosa, que Sally se creería la mentira con tanta facilidad.
Como recompensa obtuvo la brillante sonrisa de Sally.
—Hoy cenaremos todos juntos, los cuatro. Ahora mismo me siento asombrosamente fuerte, lista para comerme el mundo. ¿Por qué no acompañas a Nick a su habitación y te aseguras de que no le falte de nada? Desde que llegó anoche no ha tenido ni un momento para ocuparse de sus cosas.
—¿En qué habitación le instalo? —preguntó Miley, aunque ya lo había deducido.
—Dónde va a ser, Miley, en su antigua habitación, la que le ha estado esperando durante todos estos años. —Volvió su cabeza hacia el impostor—. La redecoré cuando amplié la casa, pero creo que te gustará igualmente. Si quieres cambiar algo, díselo a Miley y ella se encargará de todo.
Miley sintió que él la miraba; era una sensación desagradable.
—Además de ocuparse de cualquier cambio, ¿a qué se dedica Miley ahora? —Su madre no percibía el tono burlón de su voz. A Miley no se le pasó por alto. Y no pudo evitar enfadarse.
—Se ocupa de mí —respondió Sally—. Se ha portado de maravilla, Nick. Insistió en dejar su trabajo para cuidar de mí cuando volví a enfermar de cáncer. No podría haber tenido una hija mejor.
Los párpados del impostor se cerraron sobre sus ojos, atónitos.
—Me imagino que no —afirmó.
Miley sabía lo que él estaba pensando, aunque no lo dijera. Pensaba que había vuelto por dinero; que había dejado su piso de Boston y su carrera como asistenta social escolar y que había vuelto para cuidar a una anciana moribunda en sus últimos días de vida; a una anciana moribunda muy rica.
A fin de cuentas, por eso había venido él, ¿verdad? Y era una pérdida de tiempo insistir en que ella no tenía nada que ganar salvo la tranquilidad de conciencia.
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La compu se me apago y no encontraba el cargador LOL hahaha ya volvi, bueno esto es lo unico que les voy a poner... les iba a dejar un one shot pero... NO ENCUENTRO EL DOCUMENTO :@ mejor se los subo después

Bueno... ammm no se que más decirles.... LLEGUE A LAS 10.000 VISITAS :'D okya es que eso es mucho para mi... es más o menos lo que llevaba en el otro blog solo que con 50 y tantos seguidores en este solo tengo 29 :/ y por cierto bienvenidas a las nuevas lectoras :D

Y... ya no se que decir HOY ES EL PRIMER CONCIERTO DE LA GIRA DE LOS JB IUSGHVDBJKJFFHJN y México fue el primer país suydbhnjfybhjiu *-* aún que no vaya a ir yo :'( pero bueno... minimo no se olvidaron de la Paz y de comer chapulines (? ewww bueno besos comenten.

El Millonario- Capitulo 7


Madre e hija subieron por la escalera de madera que conducía al dormitorio de Valerie, a la misma habitación en la que Miley había pasado sus años de infancia.

Abrió la ventana. Una ligera brisa meció las cortinas, llevando con ella la fragancia del heno y de las rosas del jardín. Los grillos cantaban y su dulce coro solo era interrumpido por los ocasionales gemidos de algún ternero perdido o por los tristes aullidos de los coyotes.

Valerie se dejó caer en la cama e intentó disimular un bostezo.

—Te quiero, mamá —musitó contra la almohada. En aquel momento se parecía tanto a Nick que a Miley le dolió el corazón.
—Yo también —la besó y se levantó, pero antes de que hubiera abandonado la habitación, Valerie le pidió:
—Deja la luz encendida.
—¿Por qué?
—No sé.
—Claro que lo sabes, duermes a oscuras desde que tenías dos años, ¿te ocurre algo? ¿Hay algo que te preocupe, además de las llamadas de Jenny Peterkin?

Valerie se mordió el labio, señal inequívoca de que algo la inquietaba. Miley volvió a sentarse en la cama.
—Vamos, cariño, dime lo que te pasa.
—No lo sé —admitió Valerie, a punto de hacer un pueblero—. Solo es una sensación. 

A Miley se le secó la garganta.

—¿Una sensación? ¿De qué tipo?
—Como... como de que alguien me está observando.
—¿Alguien? ¿Quién?
—¡No lo sé! —respondió Valerie, tapándose con la sábana hasta el cuello, como si de pronto hubiera bajado la temperatura en la habitación.
—¿Has visto a alguien? —oh, Dios, ¿habría alguien acechando a su hija?
—No he visto a nadie, pero... no sé, es como, como cuando sientes que alguien te está mirando fijamente. A veces Zach Bellows me mira de una manera extraña, y aunque está sentado detrás de mí y no puedo verlo, sé que me está mirando. Me da mucho miedo.
—Claro que sí —a Miley le latía el corazón de forma salvaje—. Pero si no has visto a nadie... ¿cuándo has tenido esa sensación?
—Un par de veces en el colegio y otras cuando estaba en una tienda.
—¿Y había alguien contigo cuando ha ocurrido? ¿Estabas con alguna amiga o con alguna profesora que pueda haberse dado cuenta de quién te estaba mirando? —preguntó Miley, intentando no dejarse llevar por el pánico.

Valerie negó con la cabeza.

—Entonces, ¿por qué estás asustada esta noche? 
Valerie se mordió el labio.
—Es solo que... todo es muy raro.
—Bueno, pues ya está — Miley esbozó una sonrisa, aunque por dentro estaba destrozada—.Vas a dormir conmigo. Y no te preocupes por si alguien está o no vigilándote. Tenemos el mejor perro guardián del mundo y…
—¿Fang? —Valerie soltó una carcajada y la preocupación desapareció de sus ojos.
—Sí, y por la noche siempre cierro las puertas y las ventanas con cerrojo. Además, seguro que todo es cosa de tu imaginación. Vamos.

Llevando la sábana con ella, Valerie corrió hacia el dormitorio de su madre, saltó a la cama y se acurrucó bajo las sábanas.

—¿Podemos ver la televisión?
—Creía que estabas cansada.
—Por favor...

Preguntándose si estaría siendo engatusada por la más joven actriz del planeta, Miley le dio permiso para ver la televisión. Comprobó que las puertas estaban bien cerradas, se aseguró de que Fang estaba en su lugar favorito, al pie de las escaleras, y dirigió una última mirada hacia el rancho de los Jonas. La noche, iluminada por la luna creciente, era serena, en absoluto siniestra. Él único problema que le deparaba el futuro inmediato era Nicholas Jonas. Miley subió las escaleras, atenta como siempre al crujido del tercer escalón, pero consciente de que su vida ya nunca volvería a ser la misma.

Nick sacudió las moscas con la carpeta mientras caminaba por el establo, observando los toneles de grano, las herramientas, los productos veterinarios y las balas de heno. Aunque todavía no eran las nueve de la mañana, ya había estado en el establo, en los tres cobertizos y en el taller. Pretendía comparar las notas y las cifras que había encontrado en los libros de contabilidad del estudio para a continuación pasarlas al ordenador que había encargado por teléfono. Un portátil con módem e impresora. El rancho Jonas por fin iba a abandonar el pasado.

En los establos comenzaba a hacer calor. El olor penetrante de los caballos y el cuero conformaban la esencia que Nick siempre había asociado con aquel lugar.

Oyó relinchar a Joker en el corral y deseó que Joe se lo llevara cuanto antes. Porque él siempre lo asociaría a su reencuentro con Miley.

Aquel inoportuno pensamiento se apoderó de su cerebro. Sacó las gafas de sol del bolsillo de la camisa y se las puso para salir al exterior.

El caballo volvió a relinchar.

—Tranquilo, tranquilo —lo consoló una voz infantil.

Nick se paró en seco. Haciendo equilibrios sobre la cerca, había una niña de entre ocho y doce años. Un mechón de pelo rubio escapaba de la cola de caballo en la que llevaba recogido el pelo. El polvo y el barro salpicaban su atuendo, una sencilla camiseta amarilla y unos vaqueros cortados. No podía verle la cara, porque estaba de espaldas a él, concentrada en el caballo.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó Nick. La niña se sobresaltó de tal manera que estuvo a punto de caerse.
—¿Quién eres tú? —preguntó Valerie, con sus ojos azules brillando de indignación.

lunes, 18 de febrero de 2013

El Impostor- Capitulo 3


Le encontró en el office, sus largas piernas estiradas sobre la silla de al lado, y una taza de café en una mano. La delicada taza de Limoges, que la tía Sally le gustaba tanto, parecía ridícula en su mano grande y fuerte. Observó que ésta estaba bronceada y que no llevaba anillos. El Nick que conocía los hubiera llevado. A través de la ventana con templaba el paisaje invernal, con los ojos entornados porque la luz intensa le deslumbraba; y ella permaneció de pie junto a la puerta, con cediéndose el dudoso beneficio de mirarle.
No tendría que haber habido razón alguna para que ese hombre pudiera ser Nick Jonas. En su adolescencia Nick había tenido el pelo rubio oscuro, pero podría haberse oscurecido hasta convertirse en la masa desgreñada de rulos castaños del extraño. Sus facciones atractivas y juveniles, su petulante boca y sus ojos hipnóticos, ligeramente entornados, bien podrían haber desembocado en el hombre que estaba allí repantigado, completamente a sus anchas. Había un millón de razones por las que podía ser Nick Jonas, y sólo una que se lo impedía.
—¿Vas a quedarte ahí, como un buitre al acecho? —preguntó perezosamente, sin tomarse la molestia de volverse para mirarla. Su silueta se reflejaba en los ventanales; debió de verla en cuanto llegó.
—Eso podría decirse más de ti que de mí —respondió con bastante calma, entrando en la habitación y sirviéndose una taza de café. La taza de Limoges encajaba perfectamente en sus manos. Sus manos, de largos dedos, delicadas, elegantes. Manos aristocráticas, en marcado contraste con las manos del extraño.
Se giró y la miró.
—¿Piensas que soy un buitre?
—¿No son los buitres los que se ciernen sobre los moribundos, esperando a darse un banquete? —Estaba sentado en la silla que Miley utilizaba habitualmente. La mesa tenía capacidad para ocho comensales, pero de algún modo se las había arreglado para apropiarse de lo único que ella reclamaba para sí.
La miró sonriendo con lentitud y picardía.
—Nunca te he caído demasiado bien, ¿no es cierto, Miley?
Pretendía ser amable, pero Miley era inmune. Se sentó frente a él y dio un reconfortante sorbo de café negro.
—Nick nunca me cayó muy bien —dijo con cautela, aunque el auténtico Harry lo hubiera sabido con toda seguridad—. Respecto a ti, no sé muy bien qué pensar.
—¡Ah! ¿Crees que yo no soy Nick Jonas? Entonces, ¿qué he venido a hacer aquí? —Sus dudas no parecían inquietarle lo más mínimo.
—Sally Jonas se está muriendo. Cuando eso ocurra dejará a sus herederos una sustanciosa cantidad de dinero. Nick Jonas desapareció hace más de dieciocho años, tiempo suficiente para darlo por muerto. Eso es precisamente lo que ha ansiado hacer Warren al menos durante los últimos diez años. Si no hubiese aparecido nadie afirmando ser Nick, habría mucho más dinero para heredar.
—¿Así que eres codiciosa? —preguntó él, al tiempo que vertía con abandono una cucharada de azúcar en el café.
—No especialmente. Yo no soy uno de los herederos. A mí me da igual que Nick esté vivo o muerto; al menos económicamente. —Se sentía orgullosa de su voz fría e insensible. Le había costado mucho perfeccionarla, llegar a ser una perfecta Jonas; ella que en realidad nunca había sido una verdadera Jonas.
—¿Me estás diciendo que mi madre no te dejará nada? Me cuesta creerlo, has formado parte de esta familia prácticamente desde que naciste.
—No legalmente —puntualizó—. Nunca fui adoptada.
—¿Ni siquiera después de que yo me fuera?
—¿Qué te hace pensar eso? —le rebatió con brusquedad—. ¿No tendrías tú nada que ver con el hecho de que no me adoptaran, verdad?
—Estás sobrestimando mi influencia —contestó—. Además, me gustaba tenerte como hermana pequeña. No me hubiera importado que lo legalizaran. Todavía no has respondido a mi pregunta. ¿Estás intentando decirme que mi madre no te ha dejado nada en su testamento?
—¿Por qué te preocupa tanto su testamento? ¿Cómo sabes que aún figuras en él?
—Me lo has dicho tú misma, Miley —dijo con amabilidad—. Además, mi madre se alegró tanto de verme ayer noche que me lo contó todo, incluso lo que agradecía no haberlo cambiado cediendo a las presiones. Así que, ¿cuánto te ha dejado?
Se lo quedó mirando con profunda aversión.
—Puede que Nick tuviera muchos defectos —dijo ella—, pero no fue nunca un grosero.
Él se rió; su risa era suave y burlona y le crispaba los nervios.
—Has pasado demasiado tiempo cerca de Sally. Te sale a la perfección ese tono gélido. ¿Has tenido que practicarlo o ha sido simple mente por osmosis? —Obviamente no esperaba respuesta alguna. Puso los pies en el suelo y cogió la cafetera, llenando su delicada taza floreada y sirviéndose una cantidad de azúcar indecente. El verdadero Nick siempre había tenido debilidad por los dulces (Taaaaambién digamos que aquí mi bebe no es diabetico.... aún que ojala no lo fuera :'|)—. Los últimos dieciocho años de mi vida han sido muy duros. Tendrás que disculparme si mis modales están un poco oxidados.
—No lo dudo —dijo ella con frialdad—, pero tú no eres Nick Jonas.
—Debe de ser agradable estar tan segura de ti misma. —Se sirvió también leche, dejando el café de color beige claro. Levantó la vista y la miró; ella esperaba un arrebato de ira en sus ojos. En cambio son rió—. ¿Vas a ser la más difícil de convencer? Mi madre, Constanza y Ruben me han recibido con los brazos abiertos. Todos deseaban que Volviera.
—Todos menos yo.
Volvió a mirarla.
—¿Por qué no querías que volviera?
—Lo que no quiero es que un impostor se meta en la familia y les estafe.
—¿Y si soy el verdadero Nick?
—No quisiera que a Sally se le partiera el corazón. No le queda mucho tiempo y me gustaría que lo viviera en paz. Ya había aprendido a vivir sin su hijo. Lloró su ausencia y luego siguió adelante con su vida.
—La paz es un bien al que se concede demasiado Valor —murmuró—. Creo que Sally preferiría varias semanas de alegría que varios meses de agonía.
—No te corresponde a ti decidirlo —dijo enardecida.
—A ti tampoco.
Punto muerto. La mirada de Miley cruzó la mesa y se clavó en él, sin esforzarse en disimular su antipatía.
—Supongo que tendrás alguna prueba.
—Supón lo que te dé la gana —le replicó con indiferencia.
—Warren y Patsy no te aceptarán sólo por tu cara bonita. Exigirán respuestas, alguna prueba física. Hay huellas dactilares, muestras dentales...
—A Nick Jonas no se le tomaron nunca las huellas dactilares, ni siquiera cuando le pillaron con una bolsa de marihuana a los catorce años. Su familia tenía demasiado poder. Vete a saber si hay pruebas dentales, pero como no me hicieron ningún empaste antes de los veintitrés años, dudo que te sirvan de mucha ayuda.
—Veo que no has dejado nada al azar —dijo ella, sin ocultar la amargura que había en su voz.
—Míralo de esta forma: en el peor de los casos haré muy feliz a una anciana, y en esta maldita familia hay dinero más que suficiente para repartir. No echarán de menos mi parte.
—¿Estás admitiendo que no eres Nick Jonas?
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Bueno... ahí tienen 3 capitulos ¿verdad que la novela esta buena? :O bueno Gatita de mi corazón... ¿ya vez que si cumplo? Te dije que ahora y aquí están :) bueno... no se que decir.... ah si les voy a presumir como me pinte las uñas en san valentin ;) (Yo solita me las pinte ehhh)




(Esto no es apto para sensibles, si son Jonaticas perves 1313 unanse a esa pagina hahahaha para que se den una idea les dejo esa imagen de como fue la introducción de anoche de la hora Hot)



Bueno.... eso es todo por hoy.... las re contra amo :) y espero que esten bien.. si les gusta comenten... si no les gusta tambien *-* bye.

El Impostor- Capitulo 2


—¿Acaso no piensas darme la bienvenida, Miley? —le preguntó tras un largo y tenso silencio—. ¿A mí, el hijo pródigo que ha vuelto al seno de su adorada familia?
Sentía la mirada inquieta de Sally, que era más fuerte que el brillo burlón de los ojos azules (Vamos a pretender que Nick tiene ojos azules ¿ok? ustedes solo digan que si, o si no en su mente ponganlo como quieran :D) de ese hombre. Quería gritarle, pero se lo impidió su amor por Sally. Sally le había aceptado; Sally había sido engañada. Miley tendría que ser realmente cauta.
—Bienvenido a casa —dijo, forzando las palabras.
Sally se reclinó y sonrió, cerrando los ojos. Pero con esas palabras no logró engañar ni por un momento al hombre que se hacía llamar Nick Jonas.
—Creo que mi madre necesita dormir —opinó con suavidad—. Me temo que la desperté ayer noche al llegar, y la emoción le impidió conciliar el sueño.
—Ha estado muy enferma —añadió Miley, tratando de contener la rabia que sentía.
—Se está muriendo —dijo él rotundamente. La miró a los ojos—. ¿Por qué no nos tomamos un café y me cuentas todos los detalles? Seguro que Constanza nos preparará algo de comida.
—¿Cómo sabes que Constanza aún trabaja aquí?
—La vi ayer noche. Ruben y ella lloraron de emoción al verme —explicó él—. No pareces alegrarte mucho de que esté aquí, Miley. ¿Acaso he estropeado algo con mi inesperado regreso?
—En absoluto.
Entonces sonrió; una sonrisa fría que seguía siendo sorprendentemente sexy.
—¿Por qué no lo hablamos? Por mí no es necesario que te vistas. Veo que te has convertido en una mujer muy guapa.
Probablemente su intención era ponerla nerviosa, pero aunque no corriera sangre Jonas por sus venas, había estado rodeada de ellos toda su vida. Levantó la cabeza con aires de suficiencia, dejando a un lado el hecho de que llevaba únicamente una camiseta roja, con la figura de un tigre en su parte frontal, que le llegaba hasta la mitad de sus largas y desnudas piernas..
—Estaré lista en cinco minutos —dijo con frialdad—. Me reuniré contigo en el office. —Esperó a que le contestara.
—He estado fuera durante casi veinte años, Miley. Por aquel entonces no había ningún office.
—Pregúntaselo a Constanza —replicó, dándole la espalda, resistiendo el impulso de estirarse la camiseta hasta las rodillas.
Esperó a llegar a su habitación para dejar aflorar su reacción. Cerró la puerta tras de sí, se apoyó contra ella, y un escalofrío recorrió todo su cuerpo al recordar los ojos observadores y burlones de aquel extraño.
Porque se trataba de un extraño; de eso estaba totalmente segura. Había pasado gran parte de su más tierna infancia cerca de Nick Jonas, sus cicatrices, tanto físicas como psíquicas, aún podían atestiguarlo. Y el hombre que estaba en la habitación de tía Sally no era más que un impostor y, dada la enorme cantidad de dinero que es taba en juego, también un criminal.
Antes de volver a salir de la habitación, se vistió apresuradamente, abriendo y cerrando cajones de golpe y apenas deteniéndose a pasarse un cepillo por el pelo. No se fiaba de lo que él pudiera hacer por la casa estando solo. No se fiaba de él lo más mínimo.
Rondaba los catorce años cuando vio por última vez al único hijo verdadero de Sally Jonas. Nick había sido un monstruo desde la niñez, o al menos eso es lo que le habían dicho, y la adolescencia no le ayudó mucho. Era salvaje, peligroso, demasiado guapo para no ser un creído, y no había quien le controlara; ni siquiera el estirado de su tío Warren, que consideraba que tanto su sobrino como el resto de niños en general eran desagradables extraterrestres; ni su estricta madre, que vivía conforme a unas reglas, pero que se ablandaba al estar cara a cara con su amado hijo. Robó, mintió, actuó de forma inmoderada, y Ruben y Constanza siguieron encontrando cigarrillos y marihuana en su cuarto.
Ruben le encubría, pero Miley había oído lo que comentaban los mayores. Y todas las noches rezaba para que le mandaran fuera, a un colegio militar, a un reformatorio, a algún sitio donde lograran quitarle tantas tonterías de la cabeza y se aseguraran de no dejarle volver nunca para atormentar a esa joven que en realidad no era su hermana, y que jamás pertenecería del todo a la distinguida familia Jonas. A esa joven que bebía los vientos por él absurda e irremediablemente sin que nada pudiera impedirlo, fuese lo horrible que fuese.
Al final no le mandaron fuera. Simplemente se fue, llevándose consigo todo el dinero que había en la casa, la hucha de la cocina, los ahorros de Constanza, el cerdito de Miley lleno de dinero, que la última vez que contó sumaba ochenta y seis mil setecientos dólares. No tuvo tiempo de echar mano de la impresionante colección de joyas de su madre, pero con motivo de sus cumpleaños y Navidad, Miley, a sus precoces trece años, ya había recibido valiosas joyas de oro. También se las llevó en su huida.
Ni los mejores investigadores privados ni las fuerzas policiales más experimentadas fueron capaces de encontrar rastro alguno de él durante los siguientes años. Warren había investigado e informó a su hermana de que su hijo, definitivamente había desaparecido, y la lucha se desató entre ellos les mantuvo distanciados durante casi toda una década.
Y ahora la oveja negra había vuelto. O alguien que se hacía pasar por Nick Jonas. Y Miley no estaba segura de cuál de los dos sería más peligroso; si el verdadero Nick o su impostor.

El Impostor- Capitulo 1


Le despertó la cegadora luz blanca de una tormenta de nieve de fines de primavera. Profiriendo un sordo gemido, Miley se puso boca arriba, pero la deslumbrante luz se coló por una rendija de las gruesas cortinas y logró introducirse por debajo de sus párpados. Era imposible ignorarla.
Soltó un profundo y sufrido suspiro. Había dormido sola, siempre lo había hecho, y probablemente siempre lo haría, de modo que podía suspirar hasta saciarse. «Odio Vermont», murmuró con amargura.
En abril nevaba a raudales; también en septiembre y ya había tenido que pasar por ello. Ocho meses atrás no le había importado. Su lado más cándido se había deleitado con las neviscas derritiéndose sobre las hojas de intensos colores. Ocho meses atrás desconocía lo real mente largo y aburrido que podía ser el invierno en Vermont.
La casa estaba tranquila; cosa que era de esperar teniendo en cuenta que la finca de los Jonas estaba cuidada por los criados más cualificados que el dinero pudiera comprar, y nada, ni siquiera una mota de polvo o un ruido involuntario, perturbaba nunca la aparente tranquilidad.
A veces, como ahora, Miley deseaba bajar hasta el vestíbulo de parqué de roble corriendo descalza y cantando con todas sus fuerzas. A veces quería reír en voz alta, gritar de rabia, llorar a solas. Pero en la actualidad esas veces eran menos frecuentes. Era una mujer sensible, que aceptaba lo bueno y lo malo de la vida. A todas horas rezaba en voz baja una oración que la serenaba, y la mayor parte de las veces se sentía tan tranquila y dócil como aparentaba. La buena y dulce Miley. Leal y noble, con quien uno siempre podía contar.
La nieve densa era una de las cosas que escapaban a su control. Se levantó de la cama y descorrió las cortinas, dejando que entrara la deslumbrante luz por la ventana. Fuera estaba silencioso y hacía frío; la noche había dejado más de un palmo de nieve en el sur de Vermont, pero los encargados de mantenimiento ya la estaban despejando de acuerdo con su habitual y discreta eficacia. Miley apoyó la frente en el traslúcido cristal, respirando profundamente. Tal vez se sentiría mejor envuelta por el aire fresco y frío del exterior. Incluso aunque necesitara desesperadamente los rayos del sol para calentar sus huesos y no congelarse.
Siempre podía volver a meterse en la cama, subiendo el edredón hasta taparse las orejas, pero por alguna razón esa nunca había sido una opción, no desde el otoño pasado en que, al volver a casa para cuidar de tía Sally, se había trasladado al antiguo cuarto de Nick. Hacía más de diez años que Sally había guardado las pertenencias de éste en el cuarto trastero, y Miley había comprado muebles nuevos, así como cortinas y alfombras, y una enorme cama antigua en un vano intento por sentirse como en casa. Pero eso no sucedió nunca.
Nick llevaba mucho tiempo fuera; de ser ingenua pensaría que le habían olvidado por completo. Sin embargo, todos se acordaban del hijo perdido, hasta los poderosos e inalterables Jonas.
Suspiró. Tal vez debería reclamar la habitación pequeña y funcional del ala este, donde había dormido siempre que venía de visita. Al menos allí se sentía cómoda, y no como una impostora que usurpaba la mejor habitación de la casa.
Estaba siendo ridícula y lo sabía. Pero se sentía extrañamente inquieta desde hacía ya algunas semanas. Como si algo crucial estuviese a punto de ocurrir.
Se empezó a alejar de la ventana, que se heló. Alguien había deja do el coche aparcado en la entrada del camino que rodeaba la casa, justo enfrente de la puerta, a primera vista sencilla, del edificio principal. Había un jeep negro viejo y oxidado sobre la nieve, y a juzgar por la altura de la nieve que cubría los tapacubos, dedujo que debía hacer horas que estaba allí. La noche anterior Miley se había ido a la cama hacia las once y no lo había visto. Se había levantado un poco más tarde de lo habitual, pero aun así apenas pasaban unos minutos de las ocho. ¿Quién, por el amor de Dios, podía haber llegado en plena madrugada? ¿Le habría pasado algo a tía Sally mientras Miley había permanecido echada en la cama quejándose del tiempo?
Tenía un armario lleno de camisones de seda, regalos todos ellos de diversos miembros, carentes de imaginación, de la familia Jonas Miley usaba camisetas grandes para dormir, y así corrió hasta el vestíbulo, descalza y sin tomarse la molestia de ponerse un albornoz encima.
La casa principal de la mansión de los Jonas consistía en un edificio central con un ala a cada lado. La habitación de Miley estaba en el segundo piso; las dependencias de tía Sally ocupaban la totalidad del primer piso del ala oeste. No se oyó ni un ruido mientras Miley bajaba las escaleras corriendo y llegaba a la habitación de Sally, cuya puerta estaba abierta, sin aliento y aterrada.
La anciana estaba tumbada en la cama de hospital que había al fondo de la habitación, tranquila, callada y con los ojos cerrados. Las cortinas estaban echadas, y sólo una tenue luz penetraba la artificial penumbra. Tía Sally llevaba más de un año postrada en la cama, cada vez más cerca de la muerte, pero por muy cerca que se esté de ella, uno nunca está preparado del todo.
—¡Tía Sally! —La voz de Miley se rompía mientras se adentraba en las sombras, dispuesta a arrojarse sobre la cama y llorar.
Un brazo salió disparado, agarrándola antes de que pudiera cruzar la habitación, y estaba demasiado asustada para hacer algo que no fuera dejarse llevar de puro pánico.
Con los ojos marchitos abiertos, tía Sally intentó reconocerla en la oscuridad.
—¿Eres tú, Miley? —preguntó con voz soñolienta pero sorprendentemente  fuerte.
Quienquiera que la estuviese sujetando no parecía tener intención de soltarla, pero ahora la atención de Miley estaba centrada en la mujer que había sido como una madre para ella.
—¡Estás bien! —exclamó, sin tratar de disimular el alivio que sentía. — Pensaba que había ocurrido algo.
El arrugado rostro de tía Sally parecía extrañamente luminoso.
—Y así es, Miley. Ha ocurrido lo mejor del mundo.
Entonces Miley se dio cuenta de que alguien le seguía impidiendo acercarse a tía Sally. Se dio la vuelta; él le soltó el brazo y retrocedió. Ella alzó la vista y le miró fijamente, en silencio, asombrada, observándole de arriba abajo.
—Ha vuelto —anunció tía Sally, con voz inequívocamente alegre—. Ha vuelto a mí.
Hablaba como si acabase de recuperar a un amante perdido. El hombre debía de tener entre treinta y cuarenta años, cosa que hacía descartar tal posibilidad. Era alto, aunque no tanto como algunos fa miliares de tía Sally, delgado, llevaba unos tejanos desteñidos y un jersey grueso de algodón que había conocido épocas mejores. Su pelo con rulos castaños necesitaba un corte; su atractivo rostro, un afeitado. No había nada que reprocharles a sus impresionantes ojos, salvo desear que no la escrutaran con expresión tan cínica.
No le había visto en su vida; estaba completamente segura de eso.
—¿Quién? —preguntó, clavando los ojos en él—. ¿Quién ha vuelto?
Su sonrisa no era especialmente desagradable; tan sólo ligeramente burlona, como si hubiese esperado que ella reaccionara así.
—¿No te acuerdas de mí, Miley? —murmuró él. Su tono de voz era grave, algo ronco, la voz de un fumador—. ¡Menudo chasco!
—No te conozco. —No quería conocerle. Le envolvía un aura de peligro que era ilógica a la par que inconfundible.
—Es Nick, Miley —dijo tía Sally con júbilo—. Mi hijo ha vuelto a casa.
Miley, incrédula, se quedó paralizada. Tendría que haberse sorprendido, pero en el fondo una parte de sí misma había adivinado quién era. Quién fingía ser.
Nick Jonas, el único hijo de Sally Jonas, heredero de la mitad de su fortuna, había vuelto en el momento oportuno, casi veinte años después de su desaparición. Demasiado bonito para ser verdad.

domingo, 17 de febrero de 2013

El Impostor- Argumento


Argumento...

En la mansión de los Jonas todos aguardan la muerte inminente de Sally, matriarca de la familia. Sólo su hija adoptiva, la joven Miley Cyrus, parece sufrir ante la evidencia del fatal desenlace y procura hacer todo lo posible para ayudarla en esos difíciles momentos. Miley sabe que la única persona capaz de devolver a su madre la paz necesaria para enfrentarse a la muerte es Nick Jonas, su verdadero hijo. Pero Nick desapareció hace ya muchos años y nadie ha vuelto a saber nada de él... hasta esta noche.

SU IDENTIDAD ES UN MISTERIO
Conoce muy bien la fama de rebelde y consentido que tenía  cuando huyó hace casi veinte años y no espera un gran recibimiento. Pero ahora que ha vuelto, no piensa renunciar a nada: ni al amor de Sally ni, por supuesto, a la cuantiosa herencia que percibirá cuando ella muera. Sin embargo, alguien va a entrometerse en sus planes: Miley. Nick casi había olvidado sus ojos, inteligentes, curiosos y demasiado atractivos como para resistirse a mirarlos, aunque sabe que al hacerlo corre el riesgo de poner al descubierto su verdadera identidad.

Y ELLA CREE CONOCERLA
Miley observa aterrorizada al extraño que dice ser Nick Jonas. Es verdad que tiene su mismo rostro y su misma figura, que sus gestos son idénticos a los de Nick y que sus maneras no han cambiado. Pero Miley sabe que se trata de un impostor. Porque ella es la única testigo de la desaparición de Nick Jonas aquella lejana noche, la única que vio cómo caía en una playa solitaria, asesinado. Sin embargo, si es cierto que Nick murió, ¿quién es entonces este extraño que parece conocer todos sus secretos? ¿Y por qué ha logrado que renazca en ella esa mezcla de atracción y odio que Nick siempre le provocaba?...
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¿Quieren que la siga? la verdad esta novela me encanta, esta muy buena.

El Millonario- Capitulo 7


—Magnífico, sencillamente magnífico.

Miley pateó el suelo con las botas; estaba en el porche trasero de su casa, donde una polilla chocaba una y otra vez contra la luz exterior. Miró de reojo hacia la alambrada que se extendía en el límite de los dos ranchos y se preguntó si Nick también estaría despierto.

Había estado luchando durante todo el día contra un dolor de cabeza insoportable que había comenzado en cuanto había vuelto a poner los ojos sobre Nicholas Jonas, tras diez largos años de separación. Mientras se encargaba de las tareas del rancho, había estado pensando en él, deseando no tener que volver a verlo jamás, pero sabiendo en lo más profundo de su estúpido corazón que no le quedaría otro remedio.

¿Por qué Kate, una mujer de la que Miley admiraba su valor y su visión de futuro, habría dejado el rancho a Nick cuando tenía más de doce descendientes entre los que elegir? Nick era el menos indicado para dirigir el rancho, el peor candidato para adaptarse a Wyoming. ¿Por qué no a Joe, que nunca había abandonado Clear Springs? ¿O a Rachel, de la que mucha gente decía que era igual que su abuela? Rocky, la prima de Nick, era una mujer intrépida y valiente y siempre había adorado Clear Springs. Pero no, Kate había elegido a Nick y además lo había atado a aquel lugar durante seis largos meses.

Entró en la cocina sin hacer ruido, se acercó al fregadero y se lavó la cara con agua fría, dejando que las gotas cayeran sobre la pechera de la blusa.

Bebió un largo sorbo de agua del grifo. Si tuviera un mínimo de sensatez o valor, llamaría a Nick, le diría que necesitaba hablar con él y después, cuando volviera a estar frente a ese rostro maravilloso otra vez, le confesaría que era padre de una hija, de una niña preciosa.

—Muy bien, ¿y después qué? —se preguntó en voz alta…
Nick daría media vuelta y saldría corriendo, en el caso de que la historia decidiera repetirse, o le pediría las pruebas de paternidad y después, en cuanto se hubiera demostrado científicamente su paternidad, reclamaría la custodia parcial de su hija.
—Maldito sea... —se interrumpió bruscamente al ver el reflejo de Valerie en la ventana del fregadero—. ¿Qué haces levantada?
—¿Y tú qué haces maldiciendo? 
Miley suspiró, esbozó la sonrisa especial que reservaba para su hija y se encogió de hombros.
—De acuerdo, me has pillado —admitió—. Supongo que estoy enfadada.
—¿Por culpa de tu amigo? —Valerie la miraba de forma extraña; con el ceño fruncido por la preocupación y aquellos ojos azules idénticos a los de su padre señalándola con expresión acusadora.
—Sí, por culpa de él.
—Pero tú siempre me dices que no debo dejar que otras personas me afecten tanto.
—Un buen consejo, supongo que yo también debería seguirlo. Y ahora, ¿por qué no me explicas qué haces levantada tan tarde? Creía que te habías ido a la cama hace una hora.
—No puedo dormir.
—¿Por qué?
—Hace mucho calor.
—¿Y...?
Miley se acercó a su hija, la hizo volverse con delicadeza y la condujo hacia el dormitorio.
—Y... —Valerie se mordió el labio preocupada.
—¿Qué te pasa, Valerie?
—Es Jenny Peterkin —admitió la niña por fin.
—¿Qué ha pasado con Jenny? —a Miley no le gustaba aquel tema de conversación. Jenny era una niña de diez años, absolutamente mimada que se había convertido en una pesadilla para Valerie durante el segundo grado.
—Creo que me ha llamado.
—¿Crees?
—Sí, cuando estabas en el establo, alguien ha llamado por teléfono, ha preguntado por mí y ha dicho que era Tommy Wilkins, pero su voz no era la suya y se ha empezado a reír —tragó saliva y miró hacia el suelo.
—¿Y qué te ha dicho Tommy, o Jenny, o quienquiera que fuera?
—Que... que soy una bastarda. 
«Oh, Dios mío, dame fuerzas», rezó Miley antes de contestar.
—Tú ya sabes cómo son esas cosas, Valerie. Y que lo mejor que se puede decir de las personas que te han llamado es que son tontainas sin sentimientos —dijo Miley, dolida por el sufrimiento de su hija—. Ellos no saben nada de ti.
Se inclinó para abrazar a Valerie. Aquella no era la única vez que la falta de padre había convertido a su hija en blanco de bromas, y probablemente tampoco sería la última, pero cada vez le dolía más.
—¿Es verdad?
—¿El qué?
—He buscado esa palabra en el diccionario. Y, y yo soy bastarda porque no tengo papá.
—Es verdad que yo no me casé con tu padre, pero claro que tienes padre, cariño. Todo el mundo lo tiene.
—¿Pero dónde está el mío? ¿Y quién es? —a Valerie le temblaba ligeramente el labio y los ojos se le llenaron de lágrimas.
—Es un hombre que vive muy lejos de aquí, ya te lo expliqué.
—Pero también me dijiste que algún día lo conocería.
—Y lo harás.
—¿Cuándo?
—Me temo que antes de lo que yo querría —contestó Miley con una triste sonrisa.
—¿Y me gustará?
—Creo que sí. A la mayoría de la gente le gusta.
—Pero a ti no.
—Es más complicado que eso, ya lo entenderás. Y ahora, ¿quieres un poco dé chocolate antes de irte a la cama?
Valerie entrecerró los ojos, como si supiera que estaba siendo manipulada.
—Pero mamá...
—La próxima vez que Jenny, Tommy o quien quiera que esté haciendo esas llamadas te diga algo parecido, dile que te deje en paz. No, mejor todavía, no le digas nada, pásame a mí el teléfono. Yo me encargaré de ellos. ¿Estás mejor ahora?
—Sí, supongo que sí.
Habían desaparecido las lágrimas de sus ojos, y, de momento al menos, también su disgusto. Suspirando, Valerie se asomó a la ventana y miró hacia el establo.
—Estaba pensando... —miró a su madre de reojo.
—¿En qué estabas pensando, cariño?
—Me prometiste que me regalarías un caballo el día de mi cumpleaños.
—Sí, es cierto, pero tu cumpleaños no será hasta que llegue la primavera.
—Sí, lo sé, pero antes llegará Navidad.
—Todavía faltan seis meses para entonces —seis meses, la misma cantidad de tiempo que Nick tenía que pasar en Wyoming.
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Mi gatita me pidio matrimonio :3 okno me pidio que subiera así que aquí esta...

Bueno tengo que decirles... me siento de la vil mierda, ¿recuerdan a mi ex? ¿saben de que me entere? que es papá... y dejo embarazada a la tipa cuando estaba conmigo el hijo de la gran puta.... bueno solo quería decirles eso... no quiero entrar en muchos detalles... solo que eso me... me afecto mas de lo que me gustaría... bueno... bye

martes, 5 de febrero de 2013

Love me- Capitulo 1 (Mini Novela)


*Advertencia: Puede haber alguna "mala palabra*

El timbre se escucho por toda la casa, eran las dos de la mañana y no quería levantarse de su cama para abrir y que fuera una estupidez, pero podía ser una emergencia así que se obligo a salir de la cama. Se puso unos pantalones ya que dormía desnudo y no abriría la puerta así.

Camino hasta la puerta con ganas de abrir y golpear a quien sea que tocara, pero al ver la cara llena de lagrimas de Miley alejo todo deseo de golpear a la persona que tocaba la puerta como si lo persiguiera el diablo. Ella al verlo se lanzo a sus brazos llorando como una niña pequeña, y eso es lo que era, una pequeña de quince años a la que quería como a su hermana ¿quien carajo la había hecho llorar? si fue su novio lo pagaría caro. Nunca le termino de gustar el idiota de Zac.

La hizo pasar a su departamento, la hizo sentarse en el sillón y le preparó un té. El odiaba el

Nick: ¿Que pasa hermosa? ¿Quien te hizo llorar?
Miley: Zac... Zac termino conmigo.
Nick: ¿Porque?
Miley: El pensaba que yo tenia dieciocho y se entero que en realidad tengo quince.
Nick: ¿Solo por eso?
Miley: El quería tener relaciones y yo le dije que era virgen y me dijo que el no andaba con virgenes que si quería volviera después de haber perdido la virginidad, que ya era un poco grande para seguir siendolo y se me salió decirle mi edad.
Nick: No se si matarlo o felicitarte.
Miley: ¿Felicitarme?
Nick: Si el te hubiera puesto un dedo encima lo ibas a lamentar el resto de tu vida, el es un imbecil y no se merece tu virginidad, y porque terminaron.
Miley: ¿Estas feliz porque me dejo?
Nick: Claro que si, es un imbecil.
Miley: No lo es, solo no quiere lastimarme en mi primera vez y...
Nick: Miley no puedo creer que seas tan idiota, a el no le importa si te lastima o no, a el no le importas más que para pasar un buen rato, tener acceso a la cuenta de tus padres y presumirte como su trofeo.
Miley: ¡El es así! Se supone que eres mi amigo no sabía que eras así.
Nick: Yo no sabía que tu eras tan estúpida. [No es por mala onda pero si apoyo a Nick en eso... Miley esta ciega carajo -.-]
Miley: Nunca me habías dicho así.
Nick: *La abraza* Lo siento mi amor pero ya sabes que ese tipo nunca me gusto, sabía que te iba a lastimar.
Miley: El no me va a lastimar... buscare a alguien que me quite la virginidad, no me importa cuanto me cobre y...
Nick: ¿Eres idiota Miley?
Miley: Es una buena idea. Buscare a alguien y...
Nick: Si alguien te pone un solo dedo encima lo voy a matar y sabes que no bromeo, moveré cielo, mar y tierra para encontrarlo y te juro que lo matare a el a ti y a Zac si cometes esa pendejada *lo siento por las groserias* no voy a dejar que un imbecil cualquiera se lleve tu virginidad como si tu virginidad fuera algo sin valor. No sera con un imbécil eso aseguralo.
Miley: Tu no puedes controlar eso... yo lo voy a hacer con quien yo quiera y...
Nick: ¡Abre los putos ojos Miley! *de nuevo lo siento ya dije que tendría malas palabras* Cuando seas más grande te vas a arrepentir de eso, yo cometí la misma estupidez y se de lo que te hablo.
Miley: ¿Que? *Abriendo mucho los ojos*
Nick: Si, yo a los catorce conocí a una chica tres años mayor que yo, empezamos a salir, ella pensaba que yo era mayor y una vez estuvimos a nada de hacerlo pero me dio miedo, ella me dijo que no salia con virgenes y yo le dije que no lo era pero que no tenía preservativos. Al día siguiente contrate a una prostituta y perdí mi virginidad, después tuve relaciones con la chica que te conte, le regalaba cosas caras, mi papá me daba dinero cada semana y no lo había gastado hasta que llego ella y gaste mis ahorros de años en ella, en comprarle de todo hasta que un día la encontré en la cama con mi mejor amigo, Zac.
Miley: Zac... mi... mi novio... ex novio.
Nick: Si, el. Por eso nunca me agrado, te dije que no estuvieras con el, no quería contarte esta historia pero ahora no estas con el y no quiero que hagas lo mismo que yo, perdi la virginidad a los catorce recien cumplidos era solo un niño y aún me arrepiento de haber hecho eso. Dos años después encontre a una chica que quise de verdad, yo fui el primero para ella y en serio la amaba, ella pensaba que también había sido mi primera vez y yo mismo trataba de pensar eso, pero no conseguí olvidarlo, nuestra relación duro un año y ella murió en un accidente, me hundí y quise morirme cuando me enteré. Intenté suicidarme dos veces pero siempre llegaban mis padres y me llevaban al medico, quedaba un tiempo grave y después salia. La segunda vez que salí del hospital quería intentar de nuevo a suicidarme pero una hermosa niña de doce años me salvo cuando estaba por probar con una sobredosis de cocaína.
Miley: Yo.
Nick: Si Miley, tu. Llegaste de la forma más inocente a preguntarme si podía jugar contigo y al ver tus ojos azules no pude negarme. Eras nueva y no eras nada buena haciendo amigos pero yo quede encantado con la forma en la que vivías la vida, confiabas en mi y me contaste que tu madre había muerto al nacer y que tu padre te golpeaba hasta que te pusieron en adopción a los siete hasta que llegaron Billy y Tish y te adoptaron pero a pesar de las cicatrices que te dejaron los golpes de tu progenitor seguías con una sonrisa enorme. No quiero que te pase lo mismo que a mi Miley, no quiero que sufras, no tuve hermanos pero desde que te conocí te quise y no me perdonaría que sufrieras lo mismo que yo sufrí dos años después de la decepción en los cuales mi vida se hicieron una mierda, tomaba, me drogaba, no iba a la escuela, me importaba una mierda la vida o lo que mis padres pensaran de mi, no me importaba nada y cuando llego una chica a la que de verdad ame la perdí. No me perdonaría si te pasara eso Miley.
Miley: Yo no... no sabía nada eso.
Nick: Te lo cuento para que no cometas el mismo error que yo cometí, encontraras a alguien que te va a amar y si bien no terminas casada con el y terminan en un tiempo sabras que tu primera vez fue con alguien especial, que compartía un sentimiento por ti. Prometeme que no vas a hacer ninguna estupidez.
Miley: Te prometo por la memoria de Beth que no hare ninguna estupidez, no caeré en las trampas de Zac ni volveré con ese idiota y que lo mandare a la mierda si me pide hacer algo que no quieras.
Nick: Así se habla *la abraza*
Miley: Gracias Nicky, me tengo que ir es muy tarde, mis papás me van a matar.
Nick: No te vas a ir tan tarde, te quedas a dormir aquí y mañana yo te llevo a tu casa y les explico a tus padres que te quedaste conmigo.
Miley: Esta bien ¿tengo ropa aquí?
Nick: Tienes más ropa que yo en este departamento.
Miley: Exagerado.

 Miley se cambio en el baño con una camisa de Nick y un short, prefería la ropa de Nick que las pijamas, muchos pensaban que eran pareja si no los conocían. Se acostaron en la cama y Miley se acosto con su cabeza en el pecho de Nick, le gustaba la sensación de estar protegida a su lado.

La mañana siguiente empezó con un día lluvioso, hacía un poco de calor gracias al raro y bipolar clima y tenía que ir a casa de Miley a dejarla para que sus papás no llamaran a la policía, ellos también odiaban a Zac y tal vez pensaban que había pasado la noche con Zac, que por suerte no había pasado o ahorita estuviera tras las rejas por matar al novio de su mejor amiga. Claro que las cosas con el eran diferentes y los padres de Miley no se molestarían, ella se había quedado a dormir con el desde siempre y a veces el era su niñero cuando sus padres salían de viaje, tenían una confianza ciega en el.

El entro a la cocina y ahí estaba Miley preparando el desayuno, seguía con la camisa blanca de el y un diminuto short que dejaba sus largas piernas al descubierto, también Nick pudo notar que no traia sosten y que se podían ver sus pechos con claridad bajo la fina tela de la camisa blanca. Por primera vez Nick había visto a Miley no como a su hermana o su mejor amiga, la vio como una mujer y eso le dio miedo.

Se sentó rápidamente en la mesa y por primera vez no la ayudo a terminar, tenia que ocultar otra cosa que crecía en su pantalón igual de rápido que la chica de doce que había conocido con el cabello corto y castaño, pecas en sus mejillas y nariz, con unos kilos de más y unos hermosos ojos azules. Ahora solo quedaban sus hermosos ojos azules, su cabello era largo, las pecas no se le notaban tanto como antes y los kilos de más habían sido sustituidos por unas hermosas curvas y un cuerpo delgado y bien formado. No podía ver a su hermana de esa forma, aún que no era su hermana por lo cual no estaba nada mal, pero no podía verla así.

Y en todo el desayuno no dejo de notar los cambios en ella, no dejo de observar sus largas piernas cuando ella se levantaba por algo o del movimiento de sus pechos cuando ella hacía algún movimiento o cuando los rayos del sol la iluminaban y podía ver claramente sus pezo...

Tenia que dejar de pensar en eso. Fue a su habitación a cambiarse y Miley lo hizo en el baño. Sabía que estaba desnuda tras la puerta que separaba su habitación y el baño, Miley se iba a quitar la camisa de el, la que estaba usando sin sujetador, la camisa que le provocaría una erección de tan solo verla por los proximos días, semanas o tal vez hasta meses.

Pasaron dos meses en los que Miley y Nick no se vieron. Ella intentaba llamarlo y buscarlo para salir pero el se negaba o daba excusas tontas que ella había dejado de creer hacía ya mucho tiempo. Desde el día en el que ella había llegado de madrugada llorando no lo había visto, tal vez recordar a su ex novia le había puesto mal. Pero no lo creía, el estaba así por otra cosa y si ella era algo en esa vida era terca y no se daría por vencida hasta saber porque Nick no quería verla.

Miley: Mamá voy al departamento de Nick no se si llegue a dormir.
Tish: Esta bien hija, pensé que estaban peleados, no han salido todos los vienes como lo hacían siempre.
Miley: Nick esta raro y quiero saber que le pasa, me conto una historia sobre una ex novia que murio y no se si eso lo puso mal, quiero hablar con el y ya sabes que cuando se deprime bebe mucho y si toma no quiero dejarlo solo.
Tish: Esta bien linda, si necesitas algo llama aquí o a la oficina de tu papá.
Miley: Esta bien, adiós.

Cuando Nick abrio la puerta lo primero que hizo fue estudiarla de los pies a la cabeza, Miley se había vestido con proposito de seducirlo, la imagen de las piernas de Miley en esa mini falda morada no saldría de su vista en unos seis meses, podía jurarlo.

Nick: ¿Que haces aquí?
Miley: Vengo a ver que carajos te pasa que me ignoras y haces como si yo no existiera.
Nick: Yo... tenemos que hablar, pasa.

Miley entro al departamento de Nick y se sentó en el sillón aún nerviosa por e "tenemos que hablar" de Nick. Eso nunca era bueno, lo sabía por experiencia siempre que le decían eso le daban la noticia de que algún familiar, mascota o amigo había muerto, Nick se mudaba de país -eso solo una vez y ella lo había seguido hasta la ciudad a la que se fue para no perder a su mejor amigo- o que sus papás se pensaban divorciar... aún que al final termino en una linda reconciliación.

Miley: ¿Por que has estado tan raro estos últimos días?
Nick: Ya sabes que yo soy una persona muy directa y sin miedos al que dirán o lo que la gente piense de mis opiniones o de lo que hablo pero... tu eres especial, te quiero mucho y me da miedo perderte así que tratare de ser directo pero no tan seco con la noticia.
Miley: Solo dilo Nick.
Nick: Me gustas.
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Bueno amm... ayer no pude subirles porque no podía cargar la lap :( digamos que mis cargadores tienen que ser gatos y tener siete vidas para que duren minimo 6 meses :/ y pues tengo que comprarle un adaptador (? porque esta flojito y ya no carga bien entonces tengo que detener el cargador pegado a la lap para poder cargarla y es un rollo y me puse a cargarla un ratito para poder subir, ayer no podía cargarla nada de nada y lo intente ahora y funciono aún que mi mano sigue acalambrada ._. pero bueno... ammm

El 3 de febrero mi hermanito cumpliría 20 años :3 tal vez con el si me iba a llevar bien y bueno como murio ya no lo se e.e pero bueno ammm 20 años de que nacio y murio :/ le compre un clavel (bien linda su hermanita pues *-*) y le puse una veladora en la noche, así que ese día imposible subir porque es un dia un tanto... sentimental para mi.

El 4 de febrero (osea ayer) MI BLOG CUMPLIO UN AÑOOOOOOOO #FiveSecondsDanceParty siiiiiiiiii un año ¿pueden creerlo? wow ni yo lo creo aún por eso quería subirles pero la PUTA LAPTOP (Mejor dicho cargador) se descompuso y varlio :/

Espero que les guste esta mini nove... no tenia idea de que nombre ponerle así que fue el primero que se me vino a la mente, la otra opcion era "Your Reason To Be" pero no me convenció... Así que espero que les guste y me digan que les parece y comenten mucho... recuerden que sus comentarios me sacan de la depre (? bueno si eso creo bye besos.

A Light In The Darkness- Capitulo 3


Voltee a ambos lados del pasillo a ver si encontraba a alguien, pero no había nadie. Tome la caja de regalo y note que casi no pesaba por lo cual no tenia ni idea de que podría ser, no prestaba mucha atención a la caja solo quería ir adentro y ver de que se trataba, cerré la puerta con el pie y camine hasta la cocina para poder ponerla en la mesa y abrirla.

Adentro de la caja había un hueso de perro, no entendía nada de que se trataba eso hasta que sonó el timbre de nuevo, esa vez estaba Joe con un Golden hermoso grande y peludo, lo único que pude hacer fue agacharme y ponerme a hacerle cariños mientras el movia la cola, Joe me entrego una nota y me dijo que se tenia que ir que ahí estaba la explicación.

Tenia la sensación de que Nick lo había hecho pero mientras cerraba la puerta para que el perro no se saliera, Joe no me dijo su nombre así que tendría que preguntarle a Nick. Abrí la nota y la lei.

"Lo vi en casa de un amigo y supe que era para ti, para que no te sientas sola en ese departamento, te amo- Nick"

Tal vez sonaría un poco raro y bipolar pero después de ese detalle que tuvo de regalarme ese hermoso Golden para que no me sintiera tan sola me hizo darme cuenta que las cosas no fueron peor después de haber tenido relaciones de nuevo después de cinco años, no pensaba volver eso lo tenia claro pero tal vez una pequeña tregua no estaba mal. Al fin de cuentas Nick se había ganado un pedazo más de mi corazón con eso.

Con el Dolden caminado tras de mi fui hasta la sala y tome el teléfono y marque el numero de la oficina de Nick. Contesto la secretaría que nos había agarrado infraganti a Nick y a mi en su escritorio y después de decirle quién era le paso la llamada a Nick, al parecer ya había aprendido a tratar con respeto a la esposa de su jefe. Bien, eso me hacía reir ya que se notaba como la secretaria estaba completamente enamorada de Nick, bien por ella pero de momento era mi esposo ¿estaba bien sacarle celos? tal vez no pero me gustaba hacerlo.

Nick: Hola Miley, no sabía que me llamarías.
Miley: No pensaba hacerlo hasta que apareció un regalo en mi puerta. Muchas gracias por el Golden, esta hermoso.
Nick: Fui a visitar a un amigo que estaba por irse a vivir a Italia y me lo regalo pero pense que a ti te gustaría quedartelo.
Miley: No te equivocaste, es hermoso ¿tiene nombre?
Nick: Se llama Elvis.
Miley: Elvis... lindo nombre
Nick: Toma esto como una tregua, me tengo que ir, tengo una reunión, te amo.

Segunda vez que Nick me decía "te amo" y esta vez me lo había dicho por teléfono y yo no había sabido que responder, solo había colgado. Al parecer Nick se había hecho una idea equivocada de lo que había pasado esa tarde. Yo no quería volver con el, ni volver a intentarlo, lo único que yo quería era el divorcio de eso si estaba segura.

Fijé mi vista en Elvis que estab  jugando con mi mano y sonreí, Nick me había dado el regalo perfecto pero no tenia nada en casa para el así que lo puse en el suelo para que explorara el departamento y me fui a cambiar. Tendría que comprarle algunas cosas a Elvis.

Media hora después ya salia del departamento, tuve que dejar a Elvis en casa ya que no tenia correa ademas no lo dejarían entrar a la tienda.

Termine comprandole de todo a mi nuevo amigo. Le había comprado correa, collar, juguetes, una casita, comida, premios, una camita y todo lo necesario para Elvis. Me gustaba ese nombre era muy... no se pero me encantaba, también había puesto su nombre en el collar, en una placa junto con la dirección y el numero de telefono por si se perdía.

Llegue a casa y Elvis me recibió contento, apenas llevaba unas horas con el y ya me tenía confianza, creo que eso era bueno, era uno de los perros mas adorables que había visto en mi vida. Le puse su collar y me puse a hacer algo de comer, ya era un poco tarde así que también había dado de comer a Elvis, necesitaba energía para una caminata por la playa.


Me senté en la arena a descansar mientras observaba el mar, una chica de cabello largo y rubio se sento al lado mio respirando con dificultad después de lo que creo había corrido.

****: ¿Me puedes decir la hora?
Miley: Ammm claro son las 6:12 .
****: Gracias, soy Katherine pero dime Kate ¿como te llamas?
Miley: Miley Cyrus... bueno Jonas.

La expresión en el rostro de Kate cambio de un segundo a otro con solo decir mi nombre, no sabía a que se debia pero senti como si me viera con odio, no entendia porque, pero segundos despues me di cuenta que solo había sido un malentendido, ya que una radiante sonrisa se apareció en su rostro.

Kate: Eres la diseñadora ¿cierto?
Miley: Amm si.
Kate: Jonas... ¿eres esposa de Nick Jonas? ¿El empresario?
Miley: Ammm bueno si, algo así.
Kate: ¿Como que algo así? ¿Las cosas no van bien entre ustedes? Oh lo siento apenas nos conocemos, olvida lo que te pregunte. ¿Vienes a correr todos los dias?
Miley: Si pero normalemente vengo en las mañanas pero ahora tuve un par de asuntos, mi... esposo, me regalo un perro *señala a Elvis* el Golden de ahí, y no tenia nada en casa así que fui a comprarle cosas.
Kate: Oh, lindo perro yo empezaré a correr en las mañanas ya que encontre trabajo y entro en la tarde. Espero nos podamos ver un poco más seguido.
Miley: Amm si claro podriamos correr juntas.
Kate: Te paso mi numero, casi no tengo amigas aquí en la ciudad ya que soy nueva.
Miley: Claro, yo tampoco tengo muchas amigas en a ciudad, me fui hace cinco años y volvi hace como un mes, solo tengo a mi hermana y ella es mi mejor amiga también.
Kate: Oh entonces, nos vemos mañana para correr, sera agradable no correr sola. Ahora me tengo que ir, adios.

Kate me dio su numero y se fue, esa chica me agradaba, era simpatica y no tenia amigos en la ciudad y yo tampoco a decir verdad ya que nunca había sido muy sociable y mi mejor amiga siempre había sido Demi y solo había tenido suficiente con su amistad, ahora ella era mi hermana y sería bueno tener amigos ya que Demi a veces estaba ocupada con su hijo o su esposo, no siempre tenia tiempo para mi. Era hora de conocer gente nueva para rodearme.

Volvi a mi departamento cuando ya era de noche. Habia pasado a ver a Demi y a visitar a mi sobrino que se había quedado encantado con Elvis, después había pasado a ver a mis hermanos junto con Demi y me había quedado a cenar y en todo eso se me había ido el día. Pero cuando el asensor paro y abrio las puertas vi a Nick, estaba sentado en el suelo a un lado de la puerta con expresión ausente. Sabía que las cosas no estaban bien, algo le había pasado, lo conocia demaciado bien.

Miley: ¿Que paso?
Nick: Abre la puerta y te cuento.

Abri la puerta del departamento y deje que Nick entrara, cerre la puerta y nos sentamos en el sillón, no quería apartarme de el, no sabía porque pero sentia que el me necesitaba.

Nick: Mi madre murio.

Nick miraba un punto fijo en la pared, su cuerpo estaba presente pero su mente estaba en otro lugar muy lejano, podia observar una pequeña capa de lagrimas en sus ojos y sentía como mis ojos también se inundaban. Mi papá y la mamá de Nick se habían separado tres años atras cuando ella decidió volver con el padre de Nick, mi papá nunca había estado enamorado de ella pero si la quería, fue su compañera por varios años y en ocaciones fue como una madre para mi, desde que la conocí. Ahora estaba muerta.

Automaticamente me acerque a Nick y lo abracé. No sabía que más hacer, su madre había muerto y ella había sido el soporte de Nick por mucho tiempo, el la adoraba.

Miley: Lo siento tanto Nick... ¿como paso?
Nick: Un accidente. Ella había viajado con mi padre a Francia, el se tuvo que regresar dos días antes por unas cosas que sucedieron en la empresa y mi madre se quedo con unas amigas, cuando regreso el avión en el que ella venia tuvo problemas, el piloto perdió el control del avión y se estrellaron, todos los que iban a bordo murieron, entre ellos mi madre.

Nick apoyó su cabeza en mis piernas y lloro como niño pequeño, había perdido a su madre de la manera más horrible de todas. Yo lo había acompañado en el llanto mientras metia mis dedos entre su cabello. Habíamos estado así por mucho tiempo, no nos fijamos en la hora, dejamos que pasaran los minutos convirtiendose en horas siempre en la misma posición.

Miley: Nick tienes que dormir, vamos a la cama para que descanses.

Nick se levanto del sillón y ambos caminamos hacía la habitación, no lo dejaría solo en ese momento así que dormiría con el. Si esa misma mañana habíamos hecho el amor ¿por que no dejarlo dormir en la misma cama? El se acosto en la cama sin quitarse la ropa así que yo tuve que desvestirlo a pesar de que el estaba completamente conciente. Le quite el saco, después la corbata, seguido la camisa, los zapatos, el pantalón, los calcetines y lo deje en boxers. Yo tome mi pijama y me vestí ahí mismo, no había nada que no hubiera visto Nick, ademas en ese momento estaba en otro mundo muy lejos.

Me acoste a su lado en la cama y el me busco por debajo de las sabanas apoyando su cabeza en mi pecho abrazandome, parecia un niño pequeño asustado por el mounstro debajo de la cama que iba con su madre para que el mounstro no lo atacara mientras dormia. Me daba ternura y hacía que mi corazón lo amara un poco más con todo eso, no lo iba a dejar solo y el lo sabía, no más peleas, no le hablaría del divorcio en unas semanas, ahora lo que estaba pasando era una de las cosas más dificiles como para llegarle con el divorció.

Poco a poco la respiración de Nick se fue calmando hasta que cayó en un profundo sueño.