viernes, 24 de agosto de 2012

La Ley Del Lobo- Capitulo 6


Él se colocó más jabón en la palma de la mano. “Date vuelta”, le ordenó. “Te voy a lavar el cabello”. 

Ella lo miró fijamente durante un momento, entrecerró los ojos y, después, comenzó a girar lentamente.

Miley era unos treinta centímetros más baja que él, tenía la altura ideal. Le colocó champú en el cabello y sintió que temblaba por el deseo de su roce.

Gradualmente, Miley se relajó mientras le masajeaba el cuero cabelludo, a pesar de sus intentos por permanecer dura e inflexible. Se inclinó hacia atrás y se apoyó sobre él, y sintió que los músculos ya no podían sostenerla. La piel de Nick era cálida y sensual junto a la de ella, y la verga se le puso cada vez más dura contra la espalda. En conjunto, era una serie exquisita de sensaciones.

A pesar del hecho de que este hombre era un extraño, Miley se sintió cada vez más excitada por la situación. Siempre había tenido curiosidad por el sexo, pero siempre supuso que tales placeres le serían negados, excepto por los encuentros aleatorios y bochornosos en la oscuridad, toscos y apurados, como los que había conocido. No era tan bella como sus hermanas y no tenía riquezas para atraer a un
pretendiente.

Sin embargo, ahí estaba, en un bellísimo lago, con un espécimen bellísimo de hombre que le prestaba una delicada atención. Le dolía la concha y tenía los pezones tan rígidos como las perlas del Mar Mairi.

Miley suspiró. “Eso se siente tan increíblemente bien”. Estaba cautiva de este hombre, pero, de alguna forma, no se sentía amenazada. Lo quería con un deseo que la sorprendía.

En realidad, en ningún momento sintió que él podía lastimarla de alguna manera, un hecho que no se explicaba. Sólo con la mirada de sus ojos grises increíblemente feroces, sabía que era salvaje y deliciosamente malvado.

“Hora de enjuagarse”, dijo, un segundo antes de tirarle unos litros de agua sobre la cabeza.

Miley farfulló y comenzó a gritarle cuando la empapó nuevamente. Se volvió hacia Nick, quien sostenía un cubo de madera, y lo miró fijamente. Pero por primera vez desde que lo había conocido, estaba sonriendo.

“Te estás poniendo demasiado cómoda contra mí, gatita”. Dobló la boca en una sonrisa arrogante. “Es obvio que me deseas”.

“¡Oooh!”. Miley dio una palmada en la superficie del lago y lanzó una lluvia de agua directamente hacia el rostro del bastardo presuntuoso. Hizo un gesto de sorpresa y se corrió el largo cabello de la cara justo cuando ella lo salpicó nuevamente. Entrecerró los ojos, fijó la mirada en ella como un predador que está a punto de tomar su presa.

Con un grito, Miley se dio vuelta e intentó salir del agua hacia la costa. Se le enredaron los pies en el vestido olvidado y se cayó en el agua.

Un segundo después, los brazos de Nick se encontraban alrededor de su cintura. La sacó del agua y ella jadeó pidiendo aire. Él se rió, con una voz profunda y vibrante, y ella debió devolverle la sonrisa.

Su Mirada se encontró con la de ella, quien quedó completamente paralizada. Esos bellos ojos de color gris plata llenos de deseo la hicieron estremecerse con la necesidad intensa de deseo que había en ellos. Le dolían aun más los pezones y la concha se le inundó de jugos.

Él deslizó una mano por el pelo, la tomó de la cabeza y llevó su cuerpo contra el de él. La pija era una barra caliente y dura entre ellos, y ella tenía los senos presionados con su fuerte pecho.

“Nick”. Una cascada de sensaciones cayó por el vientre de Miley. “Yo”. Él dejó que los pensamientos fluyeran a su alrededor como la suave calidez del lago. Ella estaba tan excitada como él, pero no lo sabía. Una necesidad violenta dominó su cuerpo y sintió ansias de clavarle la pija en su calidez y cogerla hasta que ambos gritaran de satisfacción. Todo lo que Nick sabía era que quería a esta mujer como nunca antes había querido a una mujer en todos sus años.

Y que no podía tenerla. Ella, era una humana. 

“Nunca te haría daño, gatita”. Presionó los labios sobre la piel suave de la frente y ella se estremeció con lo que él reconoció como deseo. Su esencia femenina era rica y atrayente. Lo llamaba como el aullido de una hembra cuando la luna llena estaba alta y orgullosa en el cielo de la noche. “Nunca te tomaría sin tu consentimiento”.

¿Qué estaba diciendo? Él no iba a tomarla en absoluto.

Aún le tomaba la cabeza con la mano y, con la lengua, atrapaba las gotas de agua que le caían de la pendiente de la nariz. Saboreó la sal de la piel, un rastro de menta del champú, y la dulzura del agua del lago.

Miley se levantó y se cayó con el pecho sobre él, mientras el corazón latía lo suficientemente fuerte como para que sus oídos sensibles lo sintieran. Palpitaba por todo su ser, con un pulso similar al de la pija contra su vientre.

“Nick…”. Esta vez pronunció su nombre como un susurro de deseo, sin temor ni enojo en el tono de su voz. Le apoyó las manos sobre le pecho y lo miró con esos hermosos ojos de color verde azulado.

Un gruñido suave recorrió todo su cuerpo. Por la luna, cuánto quería a esta mujer.

Llevó sus labios hacia los de ella y le mordisqueó suavemente el labio inferior. Ella jadeó y él deslizó la lengua adentro de su boca, marcando para siempre el sabor de ella en su memoria. Tímidamente, la lengua de Miley se encontró con la de él, pero mientras la besaba, se volvió más segura y exigente. Hizo pequeños maullidos, como los de un gato.

El beso se volvió más intenso, más feroz. Él exigió todo de ella y ella le dio eso y más. Nick cerró el puño en el pelo de Miley y con al mano libre le acarició la curva del hombro, hasta la entrada de la cintura y sobre la cadera, hasta tomarla del culo y apretarla increíblemente con su erección.

Ella gimió y rozó suavemente el cuerpo contra la verga. Él interrumpió el beso, con la respiración pesada y con todo el calor del cuerpo que desembocaba en la ingle. Miley gimoteó e intentó llevar sus labios nuevamente hacia los de él. “Me dejas sin aliento”. La voz se puso más ronca de deseo. “Creo que me has hechizado”.

Ella se sonrojó y parpadeó. “No se qué es lo que me estás haciendo, Nick. Siento como si mi corazón te conociera de toda la vida y, sin embargo, no se quien eres. No se nada acerca de ti. Debería estar enojada contigo, pero de alguna manera, has hecho que ese enojo desapareciera”.

“Es suficiente con que seas una mujer y yo un hombre”. Nick la levantó en brazos y ella ni siquiera habló de la sorpresa. Simplemente se colgó del cuello, una pequeña criatura que se sentía cómoda con él, como signo de confianza. ¿Qué sucedería con esa confianza cuando ella descubriera lo que realmente era? ¿Esa cosa que temía más que nada?

El pensamiento racional abandonó su mente al tiempo que se acostó sobre un colchón de musgo suave. La forma en que lo miraba casi le hacía poner los pelos de punta. Se deslizó entre sus muslos, mientras la verga hacía presión contra la concha, y las mejillas tomaron un leve color rosado. Ella le envolvió el cuello con los brazos e hizo presión con el pubis.

No podía esperar para deslizarse adentro de ella, no podía esperar para cogerla duramente.

No. Si lo hacía podía comenzar el proceso de transformación y él se convertiría en lo que más temía. ¡Sería impensable traicionarla de esa manera! Pero él debía probarla, debía darle placer.
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Ahora si amores mios... eso es todo Male aqui esta tu maratón ;) quiero comentarios eh y por dios son unas perves les encanta verdad? hahahaha a mi me da un poco de pena con esas palabras :S pero bueno, en esta vida ningun adolecente se salva de escuchar esas palabras NUNCA así que... es normal :). Gracias a Cande y Male que son las que comentan el maratón va para las dos. Besos sigan comentando :D

1 comentario:

  1. AWWWW GRACIAS LINDA ME ENCANTOO!!! EL MARATON Y MUCHAS GRACIAS
    SOY MOLESTA LOSE PERO NO PUEDO EVITARLO AMO ESTA NOVE SEGUILAAA!!!
    TE KIERO BABY CUIDATE

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