miércoles, 13 de junio de 2012

Anhelo Secreto- Capitulo 5


-¡Liam! -exclamó-. ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me has llamado?
-Lo he estado intentando, pero no me has respondido -contestó él.
-¿Cómo? ¡Oh, no! He debido de dejarme el móvil olvidado. Lo saqué para llamar a mamá y decirle que a eso de la una estaría aquí.


Miley quería gritar. ¿Cómo había sido tan estúpida de dejárselo en aquella casa? Eso implicaba tener que ir de nuevo por él y ver a Nick antes de la boda.


-Pues lo siento -murmuró ella, cerrando de golpe la puerta del coche-. Se puede quedar ahí hasta mañana. No voy a volver allí.


Notaba la desconcertada mirada de Liam. Agitó la cabeza y lo miró apenada.


-¡No sabes el día tan horroroso que he tenido! El fotógrafo que contratamos para la boda se ha roto una pierna y me ha mandado a un amigo suyo que no es, en absoluto, la persona adecuada. Es brillante, pero demasiado vanguardista. Quiere hacer las fotos en blanco y negro. Cuando le dije que no habría elegido un traje burdeos para mi dama de honor de haber querido las fotos en blanco y negro, me ignoró por completo. ¡Incluso me dijo cómo quería que llevara el pelo! Como si yo no supiera qué es lo que me sienta bien. Jamás había conocido a alguien tan insufrible -se dio cuenta de que estaba barboteando, pero no lo podía evitar-. Claro que qué se puede esperar de alguien que se jacta de ser «un gran artista». Ya sabes de qué tipo de individuo te hablo. Lleva un montón de pendientes y va de interesante. ¡Es un fantasma! Solo Dios sabe qué fotografías nos va a hacer. Pero ya es demasiado tarde para conseguir a alguien decente. Se llama Nick, ¿te lo había dicho? Nick Jonas. Supongo que no es su verdadero nombre. Nadie nace con un nombre así. ¡Es un pretencioso!


Miley se quedó finalmente sin fuerzas y, solo entonces, se dio cuenta de que Liam tenía un aspecto extraño. Siempre iba bien vestido e impecable, dando la imagen de hombre elegante y guapo a las mujeres.


-¡Liam! -exclamó ella-. ¡Da la sensación de que hubieras dormido vestido! Ese no es tu estilo. Además, ¿qué estás haciendo aquí? Pensé que te ibas a quedar en la antigua cabaña de pesca de tu padre,durante todo el fin de semana -y poder recordar y llorar el reciente fallecimiento de sus padres. Aquellas últimas dos semanas habían sido muy duras para él. Y, sin embargo, se había comportado como un valiente.
-La cabaña ya no estaba allí -dijo él-. Había sido derribada años atrás.
-¡Vaya! -murmuró ella. Eso explicaba que estuviera tan desaliñado-. ¿Dónde has pasado la noche, en un hotel, en una tienda de campaña?
-No -respondió él-. Mi padre había construido una nueva casa y me quedé allí.
-Pero... -Miley frunció el ceño-. ¿Cómo entraste?
-Había una chica que se iba a quedar el fin de semana y me dejó entrar.


Miley se quedó desconcertada.


-¿Y te dejó dormir allí? 


Liam suspiró.


-Es una larga historia, Miley. Creo que será mejor que entremos y te la cuento. Ella trató de controlar el pánico.
-Liam, me estoy empezando a preocupar.


La tomó del brazo y trató de llevarla hacia la casa, pero ella se soltó y se detuvo. Lo miró alarmada.


-Vas a cancelar la boda, ¿verdad?


Miley esperó con agónica ansiedad una respuesta.


-Sí -dijo finalmente-. Así es.


Miley lo miró destrozada. -¡Oh, no, Liam, no me hagas esto! -echándose a llorar ocultó el rostro entre las manos.


-Lo siento, Miley -dijo Liam suavemente y trató de tomarla entre sus brazos.
-Pero ¿por qué? -se apartó, lo agarró de las solapas y lo sacudió.


Sus ojos pedían a gritos una disculpa.


-Me he enamorado.
-¡Te has enamorado! -exclamó ella-. ¡En menos de un día!
-Yo soy el primer sorprendido, te lo aseguro. Pero es la verdad. He venido inmediatamente a decírtelo y a cancelar la boda.
-Pero el amor no es garantía de felicidad, Liam -argumentó ella con desesperación-. Pensé que los dos estábamos de acuerdo en eso. Es una locura. ¿Cómo sabes que esa chica de la que, supuestamente, te has enamorado, es adecuada para ti? ¿Cómo sabes que no te hará realmente infeliz? No sabes cómo es. Podría estar jugando contigo, fingiendo ser algo que no es. Podría ser una mala persona, una cazafortunas, incluso una criminal.
-No es nada de eso -respondió él, desconcertado ante sus argumentos-. Es una buena persona, lo sé.

Miley negó con la cabeza. ¡En un día, un miserable día! ¿Cómo podía estar tan seguro?

-Jamás pensé que podrías ser tan inmaduro -dijo ella-. ¡Un hombre como tú!
-No soy inmaduro -se defendió él-. Por eso no me voy a precipitar. Pero no puedo casarme contigo sintiendo lo que siento por Celia. Seguro que estás de acuerdo en eso.

Miley no estaba de humor como para estar de acuerdo con él en algo así. Lo único que quería era llorar y gritar. ¡Había estado tan cerca de ver su sueño realizado!-A pesar de todo, yo me casaría contigo -le dijo ella-. No tengo tiempo para eso de enamorarse.
-Quizá eso te ocurre porque nunca lo has estado.

Miley se rio con amargura

-Soy una experta en el tema. Pero está bien. Vive y aprende, Liam Hemsworth, y cuando termine tu aventura, llámame. Mientras tanto, pasemos dentro. Necesito beber algo. Mi padre tiene un poco del whisky que le regalaron por su cumpleaños. Eso me valdrá.

Miley entró en la casa y Liam la siguió.

-Pero si tú no bebes whisky.
-Claro que bebo, cuando la ocasión lo precisa -dijo ella entrando en el salón y dirigiéndose directamente al armario donde estaban las bebidas-. Hoy es una de esas «ocasiones».

Se sirvió medio vaso y se lo bebió casi íntegro de un trago, sin permitir que ningún femenino escalofrío saliera en respuesta a la quemazón que sentía en la garganta.

-¡Bien! -dijo, pasándose la lengua por los labios en señal de satisfacción-. Esto ha sido una buena idea. ¿Quieres un trago?

Liam negó con la cabeza.

Miley se sirvió otro medio vaso y se encaminó a uno de los sofás de su madre. Subió las piernas y se apoyó en el respaldo, luego se apartó un mechón de pelo de la cara y dio otro trago. Se volvió hacia Liam, que estaba en la puerta mirándola desconcertado.

Miley sabía que la imagen que él tenía de ella no se correspondía con la que estaba viendo en aquel momento. Hasta entonces había podido hacer sin problemas el papel de la prometida serena y razonable que jamás se alteraba por nada, porque él nunca antes había hecho nada que la perturbara.

Estaba claro que no sabía qué hacer con ella cuando se comportaba realmente como quien era.

Pero ¿realmente había pensado que podía llegar allí, decirle que cancelaba la boda y que se quedara tan tranquila? Además, le había sido infiel la noche anterior.

Eso le hizo darse cuenta de que ella también le había sido infiel a él, aunque solo fuera mentalmente. Reconocer aquello hizo que se solidarizara un poco más con las razones de Liam. Estaba claro que los matrimonios sin amor podían haber funcionado en el pasado. Pero en el presente, con la cantidad de tentaciones sexuales que había, el suyo habría acabado en desastre.
Pensaba que aquello que Liam creía ser verdadero amor por Celia, no era más que deseo.

-Supongo que esa tal Celia será guapa -dijo secamente.
-A mí me lo parece.
-¿A qué se dedica?
-Es fisioterapeuta.

Así que no solo era hermosa, sino que también era inteligente y educada.

Miley había dejado de estudiar al terminar el bachillerato. Siempre le habían interesado más los chicos que los estudios, lo que a sus padres no les había agradado en exceso.

Había conseguido un trabajo como recepcionista, pero nunca había perseguido hacer carrera. Lo que quería en la vida era tener una familia y dedicarse a ella.

-¿Y qué estaba haciendo en la cabaña de tu padre? ¿La había alquilado?
-No. Es la hija de la amante de mi padre.

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