martes, 12 de junio de 2012

Huracan De Deseo- Capitulo 18


Miley apoyó la cabeza en su pecho, suspirando. Aquellos eran placeres robados, recuerdos que debería guardar en su memoria para los días lluviosos.


-El viento también ha amainado. Por la mañana, podremos empezar a organizarlo todo.


Cuando la miró, desnuda como él a la luz de la luna, volvió a desearla como si fuera la primera vez.


No se había equivocado. Hacer el amor con Miley había sido tan excitante como lo recordaba. Y no había ningún vacío, no tenía el deseo de marcharse para estar solo como le ocurría con otras mujeres.


-¿Salimos fuera?
-¿Fuera?
-Solo a la terraza, para sentir la lluvia en la cara.
-¿No será peligroso?
-Ya no. El viento ha amainado y mañana por la mañana tendremos sol otra vez.
-Pero...


Nick abrió la puerta de la terraza. El agua de la lluvia era caliente y Miley disfrutó de la brisa fresca que olía a mar.


Le gustaba estar al aire libre, desnuda. Nick la abrazó por detrás, apoyando la cara sobre su pelo.


-Si miras bien, podrás ver el mar. Aunque la playa estará cubierta de algas.


Mientras hablaba, acariciaba tiernamente sus pechos, maravillándose de su perfección, de que casi pareciesen hechos para él. Entonces deslizó la mano por su estómago hasta el triángulo de vello rubio entre sus piernas.


-Podemos ir a la playa cuando salga el sol -murmuró, sin detener su exploración, deslizando los dedos entre los húmedos pliegues.


Miley debería sentir vergüenza. En realidad, nunca había hecho algo así en su vida. La lluvia, una llovizna ya prácticamente, la mojaba como el agua de la ducha y podía sentir el cuerpo de Nick, mojado, tras ella. Era una sensación muy erótica.


Todo a su alrededor estaba mojado, pero el huracán no parecía haber causado grandes daños.


-Este hotel está diseñado para aguantar tormentas tropicales -murmuró Nick -. Es muy difícil arrancar las palmeras de raíz y los muebles de fuera están cementados. ¿Te gusta esto, cariño?
-Sí -contestó Miley, volviéndose para acariciarlo a su vez.
-Será mejor que no volvamos a la cama. Estamos empapados.
-Entonces, ¿qué sugieres?
Nick la tomó en brazos y ella enredó las piernas alrededor de su cintura. Nunca había hecho el amor en aquella posición. Y jamás desnuda en una terraza, bajo la lluvia.


El era muy fuerte y la movía a placer, apoyándose en la pared y sujetando sus caderas hasta que llegaron al orgasmo casi al unísono.


Después de la ducha, Nick la secó con una toalla de arriba abajo y, unos minutos más tarde, se metieron de nuevo en la cama. Miley estaba tan exhausta que se quedó dormida.


Despertó a la mañana siguiente, más relajada que nunca.


Nick no se había equivocado. El sol asomaba en el horizonte, colándose por las persianas de la terraza... pero cuando alargó la mano para tocar el otro lado de la cama lo encontró vacío.


No sabía cuánto tiempo llevaba sola.


Muy bien, no había sido un revolcón de una sola noche. Había sido un revolcón de dos noches.
Pero se negaba a tener remordimientos. Nick no le había prometido nada, pero habían vivido unas horas mágicas, enternecedoras y apasionantes.


La única cuestión era: ¿cómo pretender que no había pasado nada?


No sabía qué esperar mientras bajaba al restaurante del hotel, donde suponía que se habrían reunido los clientes.


Oyó voces antes de llegar. Ningún cliente se había quedado en la cama aquel día. Desde luego, las vacaciones estaban siendo bastante moviditas.


La única persona que faltaba era Nick


-Está comprobando los daños fuera del hotel, querida -le informó Gracie.
-Ah, no lo sabía.
-Lo vi salir a las siete de la mañana con unos empleados. Es asombroso lo rápido que cambia aquí el tiempo, ¿verdad? Ayer estábamos en medio de un huracán y ahora sale el sol.
-Maravilloso -sonrió Edie-. Una pena quee en Inglaterra no tengamos un tiempo así.
-Sí, es cierto.
-¿Has desayunado? Pareces cansada.
-¿No has dormido bien?
-Gracie, no te metas donde no te llaman -la regañó su hermana-. Esto del huracán es muy emocionante. Acabo de hablar con el coronel y vamos a cenar juntos esta noche. Dice que no ha podido pegar ojo, pensando que se le podía caer el hotel encima.


Cuando Miley levantó la mirada vio a Nick entrando en el restaurante. Y su corazón dio un vuelco. Llevaba pantalones cortos de color caqui y un polo de color crema. Tenía un aspecto descuidadamente elegante, como siempre.


Lo llamó con la mano, sintiendo que su sofisticada actitud deje ne regrette cien empezaba a evaporarse.


-¿Ha habido muchos daños?


Parecía ridículo mantener aquella conversación cuando unas horas antes habían estado haciendo el amor bajo la lluvia.


-No tantos como esperábamos -contestó él, pasándole un brazo por los hombros-. Pero para algunos de los isleños ha sido un desastre. Han perdido las cosechas. Por ahora, he establecido un plan con la cocina del hotel para que nadie se quede sin un plato de comida y me encargaré de ayudarlos económicamente para que puedan recuperarse.
-¡Eso es maravilloso! -exclamó Gracie.


¿Era raro haberse enamorado de aquel hombre?, se preguntó Miley, emocionada.


-¿Podemos ayudar en algo? -preguntó Edie.
-Claro que sí. Podrían ayudar en la cocina.
-¡Maravilloso! ¡Todo el mundo, manos a la obra!
-Creo que habrá que supervisarlos -le dijo nick al oído-. Esta gente no ha pisado una cocina en toda su vida. No creo que sepan hacer un huevo frito.
-Nick, sobre lo de anoche...
-¿Sí?
-Bueno, digamos que no hay necesidad de que te muestres cariñoso en público.
-¿Y qué pensarían mis clientes si no me mostrase cariñoso en un momento como este? Acabamos de sobrevivir a una situación peligrosa.


Claro, era eso. ¿Qué pensarían sus ilustres clientes?


Todos creían que Nick y ellan eran un matrimonio feliz. Para Miley, el brazo que tenía sobre los hombros empezaba a ser como un peso muerto, pero no podía apartarse con tanta gente alrededor.


El espectáculo debía continuar.


-Supongo que Gracie y Edie ya pueden volver a su habitación.
-Sí, claro. Le diré a algún empleado que se encargue de llevar sus cosas.
-Muy bien. En ese caso, yo llevaré las mías a mi habitación.
-¿De qué estás hablando? Tú te quedas conmigo.
-¿Cómo?
-No pensarás que me conformo con una sola noche, ¿verdad? ¿Te conformas tú?
-Pues...
-Admítelo, tú tampoco -sonrió Nick-. Tú me deseas tanto como yo a ti. De hecho, me gustaría hacer el amor ahora mismo. Me gustaría tumbarte sobre una toalla, con el sonido del mar a unos metros y el sol bañando nuestros cuerpos desnudos.


Y nunca había dicho nada más en serio en toda su vida.


Pensaba que acostarse con Miley una vez más sería suficiente, pero empezaba a pensar que nunca iba a poder alejarse de ella.


Lo único que quedaba era solucionar el asunto de joe


¿Y cuando volvamos a Inglaterra?», hubiera querido preguntar Miley. ¿Su deseo sería tan poderoso a cinco mil kilómetros de distancia? Sabía lo poco que le interesaban las mujeres con las que salía. Mujeres guapísimas. La verdad era que le gustaban durante una semana y después no quería volver a saber nada de ellas.


Porque nunca se había recuperado de la muerte de su esposa. Nadie podía competir con su 
recuerdo y menos ella, una mujer en la que nick no había tenido nunca el menor interés.


Si seguía acostándose con él, solo sería una cuestión de tiempo. Un día vería la indiferencia reflejada en sus ojos y cuando eso ocurriera no solo lo perdería a él, perdería su trabajo. Por supuesto, no iba a seguir trabajando para un hombre con el que se había acostado.


-No creo que sea buena idea seguir haciendo esto.


Eso no era lo que Nick había esperado oír y sus palabras fueronn como una bofetada.


-Ahoraa tenemos que controlar lo que hacen los clientes en la cocina. Pero esta conversación no ha terminado.
-¿Porque no ha terminado como tú querías?
-Qué bien me conoces, cariño.


¿Qué significaba eso? Miley se lo preguntó durante todo el día, mientras ayudaba a limpiar la playa, guardaba comida en fiambreras y controlaba que los clientes tuvieran cosas que hacer para mantenerse ocupados.


Apenas vio a Nick. Estaba comprobando los daños y hablando por teléfono. Por lo visto, habría un barco disponible al día siguiente, pero la avioneta que solía transportar a los clientes del hotell no estaría reparadaa hasta unos días después.


A las seis de la tarde, Miley pidió a los clientes que descansaran un rato y ella misma fue a la suite para darse una ducha, decidida a terminar de una vez por todas con aquella relación absurda que no iba a llevarla a ninguna parte.


Lo último que esperaba ver al salir de la ducha era a Nick. Estaba muy serio, con los brazos cruzados.


-¿Cómo has entrado?
-Imaginé que cerrarías la puerta de la suite. Por eso me llevé la llave de la terraza.


Miley se quedó helada.


-Eso es...
-¿Astuto, taimado? Sí, lo admito.
-No puedo hablar contigo así. Tengo que vestirme.
-¿Por qué? ¿Tienes que llevar un traje de chaqueta para decirme que no quieres seguir manteniendo relaciones conmigo?
-No he traído ningún traje de chaqueta -replicó ella, intentando aparentar cierta tranquilidad.
-Me deseas y yo te deseo a ti. Es muy sencillo.
-Acostarme con mi jefe no es mi estilo, Nick.
-No era eso lo que pensabas anoche.
-Lo de anoche fue...
-Anoche hiciste lo que querías hacer y disfrutaste cada segundo, como yo. La vida es demasiado corta como para negarnos un placer, Miley.
-Habla por ti mismo -replicó ella.


Nick alargó la mano para acariciar su cuello.


-¿No te gusta? Sé que sí -murmuró, metiendo la mano por debajo de la toalla-. ¿Lo ves? Tienes los pezones duros.


No había planeado hacer eso, pero la atracción que sentía por ella era demasiado fuerte, demasiado salvaje. Sin decir nada más, le quitó la toalla de un tirón y Miley quedó frente a él completamente desnuda. Entonces Nick bajó la mano y la puso entre sus piernas.


Y ella no pudo seguir disimulando. Rendida, levantó la cara y le ofreció sus labios.
joe era la seguridad, pero ya había decidido que no quería seguridad.


Y tampoco seguiría con nick, pero disfrutar de aquellos días juntos merecía la pena.
Nick jonas era el hombre de su vida. A la porra la seguridad.


-Cortarás con joe cuando volvamos a Inglaterra.
-Cortaré con él -murmuró Miley.


Unos días, unas semanas. Quizá estarían juntos durante unos meses.


Podría romperle el corazón, pero estaba dispuesta a arriesgarse.
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Mañana o mas al rato termino de subirla... ahorita ya me dolio la cabeza e.e

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